El PP busca apoyos para cambiar la ubicación del Museo de Vitoria antes del inicio de las obras

La Diputación de Álava ha sondeado la opinión de sectores sociales y políticos para un posible cambio de ubicación del futuro Museo de Arte Contemporáneo de Vitoria cuando sólo quedan dos semanas para el inicio de las obras, adjudicadas por el anterior gobierno foral. El PP alude a criterios exclusivamente técnicos para explicar la maniobra, al entender que el proyecto actual, situado sobre un aparcamiento público tiene deficiencias en cuanto a espacio y seguridad. Para que su deseo se traduzca en hechos, hace falta que algún partido (PNV o PSE) le preste su apoyo.

Que al PP le disgustaba el emplazamiento elegido para construir el Museo de Vitoria, el céentrico solar de la antigua estación de autobuses, no es algo nuevo nuevo. En la campaña electoral a las municipales ya lo recogía en sus propuestas y anunció que, si existía alguna solución legal, intentará cambiar el proyecto de lugar. El equipo de Ramón Rabanera cuestiona la idoneidad del levantar el museo sobre las plantas del aparcamiento subterráneo que se construye en el solar por razones de espacio y de seguridad.Ayer varios responsables institucionales del PP lanzaron las últimas sombras de duda sobre el lugar, dando carta de naturaleza a los rumores de los últimos días. Pedro Sancristóval, diputado de Cultura, aseguró que al realizar el proyecto "no se hizo caso" a algunos informes del museo de Bellas Artes -lugar donde se almacenan ahora las obras de la futura pinacoteca-, que recomendaban unas dimensiones mayores a los 13.000 metros cuadrados sobre los que se asienta el proyecto adjudicado. En este sentido, se quejó de que la capacidad expositiva no permitirá albergar en las salas tantas obras como quisiera su departamento. Y añadió: "Empiezo a ver problemas francamente graves. Llevo luchando por este museo desde 1975. Es para hacer una cosa bien hecha. Si es para algo mediocre, la opinión [pública] alavesa lo sabrá con cifras", anunció Sancristóval.

Mientras el diputado de Cultura pronunciaba estas palabras, el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, hablaba en otro foro de los "inconvenientes desde el punto de vista de los ruidos y de la seguridad, por el enorme valor de las obras que allí se van a contener". En este sentido, recordó que el aparcamiento subterráneo que se está construyendo en el solar supone un riesgo añadido. La empresa encargada de construir el garaje, Agroman, asegura que cumplirá el plazo y entregará la obra para el 31 de octubre.

Ni el diputado ni el alcalde quisieron referirse al deseo del PP de construir el Museo en otro lugar. No obstante, esas intenciones chocan con varios obstáculos. Por un lado, las empresas adjudicatarias del proyecto tienen pensado comenzar la obra el 1 de noviembre, una vez concluido el aparcamiento. De hecho, Lagunketa y Dragados ya están trabajando sobre el terreno. De modo que la Diputación sólo cuenta con dos semanas para llevar adelante sus planes.

Además, la obra se adjudicó el 10 de junio en 2.545 millones de pesetas, con lo cual requeriría una indemnización económica a las empresas, previa aclaración justificada de las razones que impiden construir el edificio en ese solar. Medios cercanos a la Diputación han asegurado que se podría entablar una negociación con Lagunketa y Dragados. Se estima que la compensación rondaría los 160 millones de pesetas. La ley, sin embargo, establece cuantías superiores.

Difícil respaldo político

Otro problema, fundamental, consiste en los apoyos políticos. El PP gobierna en minoría con Unidad Alavesa y no podría sacar adelante una iniciativa de este tipo sin respaldo en las Juntas Generales ni en el Ayuntamiento. Por este motivo, la Diputación ha sondeado a los principales partidos de la oposición, PNV y PSE, aunque su apoyo se antoja complicado puesto que se trata de un proyecto presupuestado y adjudicado desde la anterior legislatura. A lo sumo podría contar con el respaldo de los colectivos que en su momento se opusieron a la ubicación del museo en la estación de autobuses y rechazaron el método utilizado para relizar el proyecto. En concreto, el Colegio de Arquitectos se opuso a que el arquitecto foral, José Luis Catón, diseñara el edificio. Como alternativa, proponían que se hubiera abierto un concurso público.

El PP, en las reuniones privadas con los partidos y algunos colectivos sociales vinculados con la cultura, ha argumentado razones técnicas para mantener su postura. Cree que Vitoria necesita una infraestructura de mayores dimensiones para entrar en el circuito internacional de museos, y con un carácter más monumental, al estilo, salvando las distancias, del Guggenheim de Bilbao. A cambio, el PP asegura que recibiría los apoyos tanto económicos como estratégicos del Gobierno central para la construcción del edificio y la atracción de exposiciones relevantes. También convocaría un concurso internacional para el diseño del nuevo edificio.

En el caso de se cumpla la previsión de que los demás partidos no secunden su iniciativa, el equipo de Rabanera continuará adelante con los trabajos ya programados. Está previsto que el museo esté terminado para mediados del año 2001.