Un economista de culto
Si alguien se merecía el Premio Nobel desde hace muchos años, era Bob Mundell. Entre finales de los años cincuenta y finales de los sesenta escribió los artículos más seminales y premonitorios de lo que, mucho más tarde, iba a llamarse macroeconomía de una economía abierta. Cuando todos los modelos macroeconómicos se planteaban con hipótesis de economías cerradas, él cambio radicalmente esa visión y construyó un mundo analítico nuevo.Fue el primero, junto con Harry Johnson, en introducir el nuevo enfoque monetario de la balanza de pagos, que integró la teoría monetaria existente con la teoría de la balanza de pagos agregando ambas. Un enfoque mucho más simple y certero que los anteriores de elasticidades y de absorción. Supo ligar el cambio en las reservas de divisas del banco central con el balance monetario interno; es decir, que el cambio en las reservas de divisas del banco central debe igualar la diferencia entre el cambio en la demanda de dinero y en la oferta de dinero, y supo desarrollar la determinación conjunta y simultánea del equilibrio monetario interno y externo de una economía.
Fue también el primero en desarrollar, junto con Marcus Fleming, el famoso modelo Mundell-Fleming, que ha sido clave para analizar los problemas macroeconómicos de economías abiertas y que ha tenido la originalidad, por un lado, de situar el tipo de cambio, como decisivo a la hora de determinar la mezcla de política económica más adecuada y, por otro, a la inversa, de analizar cómo los choques fiscales y monetarios afectan al tipo de cambio.
Con dicho modelo se demuestra cómo la política monetaria es mucho más eficaz en un sistema de tipos de cambio flotantes y, por el contrario, la política fiscal tiene mayores resultados con sistemas de tipo de cambio fijos. Aspecto éste de enorme importancia en la Europa actual, unida monetariamente y, con anterioridad, en el funcionamiento del SME.
Ha sido, asimismo, el que ha producido un modelo pionero de lo que él ha dado en llamar "áreas monetarias óptimas" que han sido la base teórica de la construcción de la Unión Monetaria Europea. En 1961 estableció qué requisitos básicos necesitaba cumplir una unión monetaria como la europea, pero treinta y tantos años antes de que ocurriera. Entre los requisitos para que una Unión Monetaria funcione eficientemente, señala la plena o muy elevada movilidad de los factores de producción, capital, trabajo y tecnología. Mientras que el primero y el tercero han alcanzado una movilidad alta, la movilidad del trabajo entre los países de la UE es inexistente.
Dentro de este contexto, ha desarrollado, antes que nadie, modelos de economías abiertas con movilidad perfecta del capital e integración de los mercados de capitales, así como con movilidad internacional de la mano de obra, analizando el fenómeno de la igualación de los tipos de interés, y de los procesos de convergencia real. Sus modelos eran de una gran simplicidad y belleza formal, y siempre de gran originalidad, lo que le había convertido, ya entonces, en un economista "de culto". Dado este bagaje científico, su impacto ha sido decisivo, asimismo, en toda la fundamentación teórica del Fondo Monetario Internacional.
Ha habido que esperar a que sean una realidad los procesos de integración real y monetaria y la globalización financiera, para que por fin le diesen el Nobel que hubiera merecido hace ya varias décadas.
Bob Mundell tuvo una educación muy variada. Canadiense de nacimiento, estudió en el Reino Unido y en Estados Unidos. Su trabajo más importante lo realizó en la Universidad de Chicago junto con Harry Johnson, que murió prematuramente. Ambos dejaron una generación de discípulos muy importante que desarrolló su obra posteriormente. Rudi Dornbusch, Jacob Frenkel y Michael Mussa entre ellos.
Desgraciadamente, dejó Chicago para aceptar una oferta irresistible de la Universidad Waterloo y volver a su Canadá natal y allí comenzaron sus recurrentes depresiones, su ruptura con Barbara, su esposa, lo que le ha hecho estar fuera del circuito científico durante casi dos décadas.
A partir de principios de los noventa, ya en la Universidad de Columbia, empezó de nuevo a estar en activo y recuperarse totalmente. Yo le invité entonces a venir a España a una conferencia que organicé sobre el futuro monetario de Europa, en el que estaban un gran número de excelentes economistas como Paul Krugman, Peter Kenen, Max Corden, Martin Feldstein, Michael Bruno, Bill Branson, Federick Mishkin, Feffrey Frankel, Paul de Grauwe, etcétera.
No sólo disfrutó como discussant, sino que tuvo varias intervenciones cortas, pero brillantísimas. Eso me permitió volver a verle de nuevo en buena forma y gozar de su penetrante inteligencia. Aunque el Nobel sea tardío, ¡bienvenido sea!
Guillermo de la Dehesa es co-chairman del Centre for Economic Policy Research, Londres.
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