"Me río de lo que lloramos las mujeres"
Hace 17 años que Maitena Burundarena (Buenos Aires, 1962) hace humor gráfico en revistas y periódicos. Empezó con historias eróticas porque necesitaba dinero, y, no sabe cuándo, el oficio le transformó la vida. Hoy es famosísima en Argentina, las viñetas que publica la revista Para Ti y el diario La Nación han llegado a los libros y circulan entre público de todas las edades, y gente como Quino la saluda como un soplo de aire irónico e inteligente. Desde este domingo, El País Semanal publica "Mujeres alteradas", una serie que edita Atlántida en España y que enseña a unas Mafaldas creciditas, con problemas de peso (exceso o defecto) y algo histéricas, que escupen sus neurosis por la boca.Por teléfono desde Buenos Aires, la dibujante cuenta que su trabajo consiste en "reírme de las cosas por las que lloramos las mujeres". "A nadie le gusta estar gorda, sola y separada, y la única forma de no pegarte un tiro es reírte de ello", dice. Añade que no le disgusta nada vengarse de los hombres enseñándoles lo que hacen mal, y aclara que usa la palabra alteradas con un doble sentido: "Antes éramos diosas, ahora somos más pulposas, más carnales. Hemos sido alteradas, cambiadas, y eso, la verdad, nos ha alterado bastante".
Las historias de Maitena, que han llegado aquí tal cual salieron de sus lápices, con sus giros porteños, son latigazos sobre lo cotidiano: el novio que no llama, el estrés de los treintaypico, la falta de amor, la difícil "elongación peneana", el encuentro con las ex (de él), el disgusto con el cuerpo propio, la infidelidad, los malentendidos, el maldito fútbol, la visita al psicoanalista... "En Argentina hay tantos psi porque son los únicos que te escuchan durante media hora sin interrumpirte. Hay que pagar, sí, pero al menos te escuchan".
¿Y qué edad hay que tener para leer sus tiras? "Yo pensaba que hacía cómic para adultos, pero resulta que hasta las niñas de 13 años están leyendo estas historias; ahí están las nenas espiando el mundo adulto, escuchando todo lo que no les queremos contar". Maitena trata de desmitificar ese "error cultural" que consiste en definir a la mujer como un ser lleno de misterios: "Es una gran mentira. Sólo los hombres que no tienen hermanas se lo creen, y es porque acaban manejados por ellas. Con los que tienen hermanas te sentís más cómoda, no tenés que esconder que tienes pelos en las piernas y un punto de maldad. Lo malo de ésos, o quizá lo bueno, es que te mandan a la mierda con mucha facilidad".
Madre de dos hijos, una de 20 años y otro de 17, y con un bebé en camino ("parece que no puedo dejar de hacer las cosas al revés"), Maitena siente sobre todo una satisfacción publicando: "Es un alivio descubrir que eso les pasa a todas, que a mí también me pasa lo que a ellas".
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