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Algunas obras de lucimiento y muchas promesas pendientes

El programa electoral presentado por CiU en las pasadas elecciones autonómicas, celebradas en 1995, registró en líneas generales un bajo nivel de cumplimiento. Entre las principales promesas dirigidas al electorado y pendientes cuatro años después figuran algunas grandes infraestructuras y la reforma de la financiación de la sanidad. Frente a estos incumplimientos, CiU tiene en su haber logros como la construcción del Teatre Nacional de Cataluña o la cofinanciación del nuevo Liceo, y algunos traspasos descollantes, como la gestión del Puerto de Barcelona.Capitalidad de Barcelona. En 1995, CiU sorprendió con un proyecto político específico para Barcelona basado en tres ejes: capital de la economía productiva; plaza financiera y capital lúdica y cultural. Este discurso tan ambicioso no se ha visto apoyado, sin embargo, por una dotación presupuestaria para los gastos de capitalidad. La Generalitat ha reducido este mismo año su inversión en la comarca del Barcelonés hasta dejarla en 8.302 pesetas por persona, mientras que la media catalana es de 22.275 pesetas. Además, la coalición nacionalista apoyó en el Parlamento de Madrid las enmiendas del PP a los Presupuestos de 1999 que han impedido al Ayuntamiento de Barcelona recibir una dotación especial de 1.000 millones para compensar el menor ingreso fiscal de la ciudad por la rebaja del Impuesto de Actividades Económicas. Respecto a la plaza financiera, el desgaste de Barcelona frente a Madrid no se ha visto compensado con iniciativas públicas. Tampoco se ha sabido nada del proyecto de Pujol sobre la creación de un "banco público catalán". En cambio, CiU ha cumplido en el impulso a la capitalidad cultural con el Teatro Nacional de Cataluña, el Auditorio y la reconstrucción del Liceo.

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Industria y energía. En 1995, CiU puso especial énfasis en la internacionalización de las empresas, la innovación tecnológica, la ayuda a las pymes y la política energética. La internacionalización de las empresas catalanas ha crecido durante la legislatura al margen de la actuación del Gobierno. El titular del Departamento de Industria, Antoni Subirà, se ha limitado a adjetivar de modo muy peculiar ("multinacionales de bolsillo y empresas gacela", según la terminología inventada por el consejero) a las compañías con mayor presencia en otros mercados.

En materia de innovación tecnológica, la Generalitat no ha destinado más dinero a I+D. Además, ha privatizado los organismos públicos destinados a la innovación, como es el caso del Instituto de Investigación Aplicada del Automóvil (IDIADA), adquirido por el grupo Aguas de Barcelona. Respecto a las pymes, la Generalitat ha creado la Agencia PIME (sustituta del antiguo Centro de Información y Desarrollo Empresarial) pero el nuevo organismo no ha recibido apoyo de las Cámaras de comercio ni de la patronal, contra las previsiones de la Generalitat.

Trabajo. Después de las transferencias de las políticas activas de ocupación, la Generalitat dejó de ser una administración complementaria. En su programa de 1995, CiU se propuso mejorar el empleo y las relaciones laborales aprovechando las nuevas transferencias del Inem (mil empleados y 76 oficinas en toda Cataluña). El paro ha disminuido al l 7% -lo que Pujol considera la tasa natural- y la Administración ha obtenido un éxito de negociación con el Pacto de Empleo, firmado tambien por sindicatos y patronal.

Comercio, consumo y turismo. Estas competencias pasaron de la desaparecida Consejería de Comercio a la de Industria y Energía. CiU prometió construir un gran Palacio de Congresos en Barcelona; y, en materia de turismo, el desarrollo de la Agencia Tecnológica del Turismo. Ambos puntos han sido incumplidos.

Agricultura. La legislatura terminó con un enfrentamiento abierto entre el Departamento de Agricultura y el sector agrario. A ello contribuyeron dos hechos concretos, la peste porcina y los incendios forestales, y el incumplimiento de varias promesas electorales. Respecto a las dotaciones para modernización y para las cooperativas, las explotaciones afectadas todavía no han recibido las ayudas del año 1995. De la ayuda industrial prometida, las empresas han recibido más fondos del FEOGA y del Ministerio de Agricultura que de la Generalitat, según han señalado medios del sector. En materia de política rural y desarrollo forestal, la Generalitat impulsó el programa de actuaciones Leader, que no ha tenido efectos prácticos, según los datos ofrecidos por la Unió de Pagesos. Finalmente, el programa de regadíos se ha incumplido nuevamente con el aplazamiento del canal Segarra-Garrigues, presupuestado hace unos días, en plena campaña electoral, en 25.000 millones de pesetas.

Política territorial. CiU prometió un extenso programa basado en los planes territoriales, las costas, el agua, los transportes, el urbanismo y las carreteras. Al final de la legislatura no se habían realizado los planes previstos, como el plan metropolitano de Barcelona, el de las comarcas de Girona, el del Camp de Tarragona ni el de las comarcas centrales. Tampoco se ha utilizado una dotación de 44.000 millones para ayudas a zonas de montaña.

Respecto al litoral catalán, CiU se comprometió a promulgar una Ley de Costas de Cataluña y a reformar la Ley de Costas del Estado, pero ni lo uno ni lo otro ha sucedido hasta ahora. En relación al urbanisno, CiU anunció que, a través de la gestión del Incasol, se vendería "suelo a precio de coste con altos niveles de urbanización y de calidad", según el programa de 1995. El balance final de la legislatura (con ejemplos como el de los solares vendidos en L´Hospitalet a Fira de Barcelona) indica más bien la tendencia del Incasol a actuar como un agente inmobiliario que vende a precios de mercado, a crieterio de las sociedades de intermediación.

Tras una etapa de escasez alarmante de agua en algunas zonas de Cataluña, el programa de CiU decía: "Decidiremos entre las diversas alternativas existentes, incuyendo el trasváse del Ródano y pondremos en marcha soluciones para resolver el déficit hídrico". En la práctica, este programa se ha aplazado y tampoco se han regulado los caudales ecológicos de varios ríos, como el Tordera, el Fluvià o el Anoia.

Sobre los transportes, CiU prometió prolongar el metro de Barcelona hasta Nou Barris y la Zona Franca y adentrarlo en Badalona. No se ha hecho.

Sanidad. El programa de CiU decía: "Despliegue de la reforma de la atención primaria para que, al final de la legislatura, el modelo reformado esté implantado en todo el territorio". Pero el 35% de la población catalana está siendo aún atendida por el antiguo sistema masificado de los ambulatorios, como revelan los colectivos de los profesionales de la medicina.

El principal compromiso de la legislatura era la "consecución de un sistema de financiación satisfactorio y definitivo". Este objetivo se ha cumplido en parte gracias al acuerdo entre CiU y el Gobierno del PP, que implicó una revisión automática para cada Presupuesto en un horizonte de cuatro años. En cualquier caso, la deuda acumulada de la sanidad catalana supera los 400.000 millones de pesetas.

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