Brasil moviliza a 136.000 voluntarios para combatir la violencia contra los niños

En Brasil mueren cada día cien niños por malos tratos, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La agresión sexual alcanza al 15% de los 65 millones de brasileños con menos de 18 años. De ese grupo, dos terceras partes son niñas. Todo ello ha llevado a la Conferencia Episcopal a lanzar una campaña nacional de prevención que movilizará a 136.000 voluntarios que visitarán a las familias de 30.000 comunidades pobres en 3.166 municipios. El Gobierno, los ayuntamientos y las asociaciones civiles se han unido a la campaña.

El presidente de la República, Fernando Henrique Cardoso, recibió ayer en audiencia a una representación del Episcopado, que le entregó el proyecto.Los alarmantes datos del BID, que recogía el martes el Jornal do Brasil, no acaban ahí. El número de niñas menores de 14 años que quedan embarazadas está creciendo a gran velocidad. Desde 1993, el número de estas adolescentes ha aumentado un 31%. En 1998, 700.000 adolescentes dieron a luz en las instituciones públicas, lo que supuso un coste añadido a la seguridad social equivalente a 15.000 millones de pesetas.

En muchos de estos casos es difícil saber si el fruto de la maternidad es o no debido a agresión sexual, pues las adolescentes no quieren hablar. Lo que sí se sabe es que, cada año, más de 100.000 niñas intentan suicidarse debido al trauma psicológico provocado por la agresión.

El ministro de Sanidad, el progresista José Serra, ha levantado una gran polémica al sugerir un cambio constitucional destinado a censurar los programas de televisión que incitan a la violencia sexual infantil.

Según la pediatra Zilda Arns Neumann, coordinadora nacional de la campaña, el objetivo inmediato es mentalizar a las familias sobre la extrema gravedad del problema. Los voluntarios han sido formados en todos los problemas sociales, psicológicos y éticos que yacen detrás de la violencia infantil.

José Gregori, secretario nacional de Derechos Humanos, señaló que "sólo la toma de conciencia de las familias puede disminuir la violencia contra los niños". En 1988, a petición de la ONU, ya fue lanzada una campaña similar por la Asociación de los Derechos Humanos.

La preocupación sobre la violencia y la infancia es más aguda que en otros países, porque Brasil cuenta con 65 millones de personas menores de 18 años. De ellos, más de tres millones trabajan como adultos sin pisar la escuela, y muchos viven en la calle.

Los jueces suelen ser benévolos con quienes asesinan a un menor. Parten del hecho de que es mejor que el niño violento no llegue a convertirse en un criminal al llegar a adulto. De hecho, de los 622 asesinatos de niños cometidos en 1992 en São Paulo, el 98% seguían impunes en 1997. Sólo en un 3,3% de los juicios hubo condena en primera instancia, y sólo en un 1,5% la hubo en apelación.