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La Ertzaintza localiza en buen estado físico al futbolista desaparecido

La Ertzaintza localizó en la mañana de ayer, 46 horas después de su desaparición, a Javier Rivas Izar de la Fuente. El futbolista aficionado presentaba buen estado físico, aunque anoche seguía hospitalizado en observación. Los agentes le hallaron en una campa, a unos 500 metros del lugar donde fue visto por última vez. Rivas, de 25 años, se marchó sin razón aparente el domingo en pleno partido de fútbol-sala vestido con ropa de deporte. Ayer, su familia no pudo concretar las causas de la desaparición.

Dos días después de su desaparición, la Ertzaintza encontró a Rivas en una zona de cultivo, cerca de un río que atraviesa el polígono de Ansoleta, situado en el pueblo de Puente Alto, cerca del monte Olárizu. El lugar dista poco más de 500 metros del centro cívico Hegoalde y el barrio vitoriano de Adurza, donde se perdió la pista del joven.Quienes le encontraron vieron al deportista "nervioso" y "aturdido", con síntomas de haber soportado las bajas temperaturas de las dos noches en que estuvo ilocalizable, puesto que había desaparecido vestido con el uniforme de su equipo de fútbol-sala.

Tras encontrar al deportista, le enviaron al hospital de Santiago, en Vitoria, donde fue sometido a observación. Un examen médico posterior no apreció "ni señales de violencia externa ni enfermedad orgánica aparente", y señaló que Rivas no presentaba "síntomas de desorientación temporal o espacial". En principio, iba a continuar hospitalizado durante todo el día.

En la operación de búsqueda, la policía vasca contó con la colaboración de su unidad canina y un técnico de Protección Civil del Gobierno vasco.

Rivas había desaparecido en ropa de deporte, pero durante los dos días en que estuvo en paradero desconocido consiguió un buzo, con el que se protegió del frío, y por la noche, durmió "bajo techo", según explicó una familiar. Al parecer, se alimentó a base de moras y hojas.

No obstante, ni su familia ni sus amigos pudieron concretar ayer el motivo que le llevó a abandonar repentinamente el partido que jugaba su equipo, el Nereidas de la Primera Regional alavesa, sin avisar a nadie y a desaparecer dejando en el pabellón todos sus efectos personales, incluidas las llaves de su coche, las de su casa y la ropa de calle. "Se le debieron cruzar los cables, pero ya se ha dado cuenta de lo que ha hecho", indicó un familiar.

La desaparición de Javier Rivas había extrañado a todos sus allegados, que le definen como una persona "absolutamente normal" y "sin ningún tipo de problemas, ni personales ni profesionales".

El deportista aficionado, quien vive con sus padres y un hermano en el barrio de San Martín, ha cursado estudios de Márketing. Había empezado a trabajar recientemente para una asesoría de Salvatierra.

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