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La restaurada iglesia de Caracciolos levanta el telón

Restauración y nueva planta en cinco edificios con usos universitarios. Y un estreno: el del nuevo teatro de la Universidad de Alcalá, construido sobre la iglesia de San José de Caracciolos (siglo XVII). Esto es lo que ofrece Alcalá en la jornada de puertas abiertas del Día Mundial de la Arquitectura, que se celebrará este lunes. Los edificios antiguos están situados a pocos metros unos de otros, en el recinto histórico complutense, declarado Patrimonio de la Humanidad el pasado diciembre. El nuevo, la Escuela Politécnica, obra de Antonio Fernández Alba, está en el Campus de Ciencias.La iglesia de San José de Caracciolos estaba semiderruida, pero una inyección de 360 millones de pesetas, aportados por la Universidad y el Ministerio de Fomento, la han reconstruido, convirtiéndola en un singular teatro. Los espectadores se sentarán en lo que fue la nave central del templo, bajo una cúpula rematada por una linterna. No quedaba nada de ellas y ambas han sido reconstruidas mediante láminas de madera. Mañana lunes será el primer día que este edificio recién restaurado abra sus puertas al público, ya que el telón aún no se ha levantado nunca sobre su escenario. Personas contratadas para la ocasión explicarán al visitante su historia, cómo se ha recuperado, y cuál será su futuro.

Premio Cervantes

Los otros tres espacios restaurados que se podrán visitar en la ciudad complutense serán el Paraninfo de la Cisneriana, donde se entrega cada año el Premio Cervantes de Literatura, y dos antiguos colegios conventos del siglo XVII, el de Caracciolos, hoy facultad de Filosofía y Letras, y el de Trinitarios, que acoge varios centros de estudios. Merece la pena detenerse en sus claustros, alzar la vista a sus bóvedas y visitar sus bibliotecas. A la de Trinitarios, situada en una antigua iglesia, conviene ir en pantalones, pues las escaleras y pasillos que dan acceso a sus estanterías son de cristal. Un secreto, una diminuta sala de lectura que conserva en sus muros muestras de un antiguo y colorido mural.Apenas unos metros más allá, esta el Colegio de San Ildefonso, sede del rectorado, cuyo Paraninfo esconde, pasados tres sobrios patios donde predomina el gris de la piedra, una explosión de color, una vez que el visitante alza la vista y descubre su artesonado mudéjar realizado en madera policromada en vivos dorados, azules y rojos. También guarda anécdotas, tanto sobre los exámenes de hace quinientos años, de los que era sede solemne, como sobre los escritores que han agradecido desde su cátedra plateresca la concesión del Cervantes.

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