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Cervera elude desvelar a cuánto asciende la deuda en gasto corriente de la Consejería de Sanidad

El consejero de Sanidad, José Emilio Cervera, eludió ayer en una visita a Castellón revelar la deuda de su departamento por facturas no cobradas por los proveedores de material sanitario y se limitó a reconocer la existencia de "tensiones presupuestarias". Entre centros de atención primaria, hospitales y direcciones territoriales los números rojos correspondientes al capítulo II del presupuesto, el de gastos corrientes, se elevaron en 1998 a 19.276 millones de pesetas, según fuentes socialistas, unas cifras que elevan la deuda sanitaria total a 60.000 millones.

El grueso de esa deuda de 19.276 millones en el capítulo de gastos corrientes lo aportan de largo los hospitales de la red pública valenciana. En total, suman 13.500 millones de pesetas, es decir, algo más del 70% de los números rojos del año pasado correspondientes sólo al capítulo II de las cuentas de la Consejería de Sanidad, según el PSPV. El centro que acumula más deudas el el Hospital La Fe, con 2.733 millones, seguido del Clínico, con 1.715 y el Doctor Peset con 1.441, todos ellos situados en Valencia. La deuda que arrastra la consejería -a la que hay que sumar intereses de demora- no se limita a los números rojos de la partida de gastos corrientes, a través de la cual se paga a los proveedores -sobre todo empresarios que suministran material sanitario-, sino que también afecta a las partidas de gasto farmacéutico y conciertos. En total, el portavoz adjunto del grupo socialista en las Cortes, Andrés Perelló, elevó ayer el agujero presupuestario de la sanidad pública valenciana a 60.000 millones de pesetas. Tanto socialistas como la portavoz de sanidad de Esquerra Unida, Ángela Llinares, coincidieron en interpretar que este "derroche presupuestario" se debe a una estrategia del Partido Popular encaminada a "desprestigiar y desmantelar la sanidad pública para que no haya más remedio que acudir a la privada". Perelló acusó a los populares de transmitir intencionadamente la imagen de que el sistema público no funciona y de que la única salida para regenerar la sanidad es "lo que el nuevo consejero denomina modelos de gestión indirecta, que no es más que un conjunto de privatizaciones travestidas". Perelló y Llinares también apuntaron como responsable de los millonarios números rojos de la consejería al anterior consejero del PP, Joaquín Farnós, y elevaron la responsabilidad final del estado de las cuentas al presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana. Lo que para la oposición son agujeros presupuestarios y miles de millones de déficit, para el actual responsable de la sanidad valenciana supone poco más que "tensiones presupuestarias" y minimiza sus efectos al extender las deudas a "todas las comunidades autónomas que tienen transferidas las competencias de sanidad". Cervera reconoció la existencia de números rojos en los pagos a proveedores pero se negó a cuantificar la cantidad exacta de la deuda.

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