La OCDE destaca el hábitat y el estilo de vida como claves del desarrollo andaluz
No sólo una mejor red de carreteras y una buena formación de las personas facilitan el desarrollo: en el mundo moderno también son fundamentales el hábitat y la calidad de vida. Esta es una de las conclusiones del seminario itinerante de la OCDE que estudia las claves del desarrollo de cinco regiones europeas y que ayer terminó su cita de Málaga. El presidente del Parlamento de Andalucía, Javier Torres Vela, destacó que "la nueva riqueza de hoy ya no es la tierra, la materia prima o la tecnología, sino el aprendizaje y el conocimiento".
El sueco Jarl Bengtsson, director del Centro de Investigación e Innovación Educativa (CERI) de la OCDE, explicó ayer que el diálogo entre académicos y políticos en este seminario ha sido muy interesante "porque unos hacen las referencias teóricas y los otros necesitan descender a las cosas concretas". Bengtsson añadió: "en la economía moderna el capital humano, social y cultural es cada vez más importante". El CERI, en nombre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Junta de Andalucía, ha organizado este encuentro de Málaga, que se celebró en el Parque Tecnológico. El presidente del Parlamento de Andalucía, Javier Torres Vela, estableció cinco puntos en los que se ha basado el desarrollo andaluz en los últimos 20 años. Primero, se ha mejorado el capital físico, las comunicaciones, las infraestructuras de carretera y ferrocarril. Y hay proyectos inmediatos para continuar esta mejora con la autovía Nerja-Adra y el AVE Córdoba-Málaga. Segundo, la mejora del capital humano. "En Andalucía desde el año 82 hemos pasado de una tasa de analfabetismo del 20% al 6%; hemos multiplicado por 2,5 el número de universitarios y se han creado tres nuevas universidades", subrayó Torres Vela. "Una universidad está demostrado que desarrolla el entorno, pero en cinco o seis años no se le puede pedir a la de Almería que haga frente a ese reto, habría que esperar una generación", añadió. Tercero, el hábitat, el clima y la calidad de vida. Torres Vela destacó que el 18% del territorio andaluz son parajes protegidos y que la defensa de la naturaleza es compatible con el desarrollo. Puso como ejemplo el caso de Cazorla, en donde la existencia de un parque natural es una de las principales fuentes de ingresos de la provincia de Jaén. El fracaso de la revolución industrial en Andalucía ha permitido conservar un importante patrimonio cultural. "La Alhambra de Granada tiene todos los años unos dos millones de visitantes, que dejan 1.000 millones de pesetas de ingresos sólo allí, más los que aportan al entorno", precisó. Cuarto, innovacion. "Andalucía se ha enganchado a los modernos cambios tecnológicos: con el Parque Tecnológico de Málaga, la tecnópolis de Sevilla o el Campo de la Salud de Granada. Y quinto, proyección internacional. "Andalucía es conocida en el mundo porque es una gran potencia turística", recordó Jarl Bengtsson. Pero además, para el presidente del Parlamento "es sinónimo de calidad, como organizadora de grandes eventos internacionales: la Expo"92 de Sevilla, los Campeonatos del Mundo de Esquí de Granada; la Rider Cup, en la Costa del Sol, o los Juegos del Mediterráneo 2005 de Almería. No todo el paisaje fue idílico: Andalucía necesita aumentar su tasa de empleo y su productividad. Mejorar todavía más sus comunicaciones y perfeccionar la relación entre el mundo universitario y las empresas privadas. El caso andaluz es el más extenso de los estudiados en esta serie. La ciudad de Jena, en Alemania del Este, pasó de tener 23.000 empleados (la tercera parte de sus 68.000 habitantes) en la fábrica de óptica Zeiss antes de la reunificación, a sólo 4.500 en la actualidad. Pero ha atraído a 200 empresas distintas. La región de la Vienne, en Francia, es una zona rural que ha desarrollado una tecnología de la comunicación en torno al centro Futuroscope, situado en Poitiers. Otro caso es la región transfronteriza de Oresund que se creará con el puente de 16 kilómetros que unirá la capital danesa, Copenhague, con la sueca Malmoe. La OCDE terminará la serie en Londres, en abril.
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