"No iré a La Habana si no se soluciona el problema de Pinochet"
Carlos Menem, de 69 años, deja el poder. Después de más de diez años al frente del Gobierno, entregará el próximo 10 de diciembre el bastón de mando de la República Argentina al vencedor de las elecciones del 24 de octubre, a las que intentó presentarse hasta el último minuto. La ley se lo impidió. Le cuesta marcharse a este verdadero animal político, calificado como "el gran transformador" en el prólogo de sus memorias que acaban de salir a la luz. Separado de su esposa, Zulema Yoma, y con un hijo, Carlos, fallecido en un accidente, Menem espera recuperar "la intimidad". Los próximos años se dedicará a difundir su obra: la transformación de Argentina de un país empobrecido que vivía entre sobresaltos de asonadas militares a una democracia consolidada y moderna. El tamaño del Estado ha sido ampliamente reducido por una ola privatizadora, ha aumentado la riqueza del país, pero también ha crecido la brecha entre ricos y pobres. Raúl Alfonsín hizo la transición política desde la última dictadura militar. Menem hizo la económica. A su sucesor le corresponderá consolidar el camino recorrido. Anuncia que el 2003 volverá al ruedo electoral. En la recta final de su mandato, el presidente ha entrado en un contencioso con España por culpa del latinoamericano que ha estado más presente en los medios de comunicación el último año: Augusto Pinochet. Menem está dispuesto a torpedear junto a su homólogo chileno, Eduardo Frei, la Cumbre Iberoamericana de La Habana si el exdictador no es devuelto a Chile. La decisión apunta a España, por la intención del juez Baltasar Garzón de juzgar al general, dañaría a Cuba, anfitrión del cónclave, y salpicaría a Latinoamérica. Para Menem, es prioritario mostrar la solidaridad argentina con su vecino del Pacífico.El presidente recibe a EL PAÍS en el Salón Blanco de la quinta de Olivos, la residencia permanente del presidente desde 1958, bajo el mandato de Arturo Fronizi. "Esta actitud del juez Garzón significa una injerencia directa en la soberanía de Chile. Yo dije en una ocasión que aceptamos y agradecemos a España el proceso de colonización (de 1492 en adelante), la evangelización (hemos dejado a un lado un montón de cosas que no vale la pena traer a colación), pero lo que no vamos a tolerar es la colonización judicial. Y la actitud del juez Garzón tiende precisamente a eso. Hemos firmado unos congresos, una cumbres de los países de Iberoamérica, todos, incluido el Rey y el jefe de Gobierno de España y todos los mandatarios de los países de Iberoamérica... Las conclusiones de esos congresos, de esas cumbres donde sostenemos de forma terminante el principio de territorialidad. No admitimos la extraterritorialidad de la gente. Me parece que lo que pretende fundamentalmente el juez Garzón es figurar para estar todos los días en la televisión, en los diarios, en los medios y ha cometido un error tremendo. Se tendría que haber impedido llegar a punto tal que ahora el presidente Frei no va a ir a la cumbre de la Habana por esta situación, y Argentina, haciendo causa común con Chile, tampoco irá. Y estamos haciendo causa común con Chile pese a que la persona que está pasando ahora por estos momentos difíciles es Pinochet. Pese a ello, porque Pinochet estuvo y ayudó a Inglaterra con motivo de la guerra de las Malvinas, pero hay principios que están por encima de las decisiones que toman los hombres".
Pregunta. ¿Confirma, entonces, que no va a ir a la Habana?
Respuesta. No, no voy si es que no le dan solución a este problema desde España o desde Inglaterra.
P. Para usted, como demócrata, ¿es más importante la extraterritorialidad de la Justicia o que se juzgue a Pinochet?
R. No, no, por favor. A Pinochet lo tienen que juzgar los chilenos.
P. ¿Cree realmente que lo pueden juzgar?
R. Con toda seguridad. Tiene varias querellas abiertas.
P. Pero en Chile rige la ley de amnistía.
R. Usted no puede entrar a juzgar las leyes que se dictaron en otros países que no son el suyo. Pero igual con posterioridad a la ley de amnistía hay causas que se han incoado contra Pinochet por hechos posteriores a esa ley. Me parece aberrante que un juez en este caso de España tenga injerencia o se meta en la soberanía de un país soberano como Chile.
P. ¿Le parecería aberrante que fuera juzgado por un tribunal internacional?
R. Pero es que no existe. Los hechos deben ser anteriores a las situaciones que se van planteando... Si hubiera un tribunal internacional, la cosa sería distinta y a Pinochet, por ejemplo, con una legislación como la que yo estoy solicitando, se le hace conocer esta ley y con toda seguridad no habría salido de Chile. ´
P. ¿Cree usted en la globalización de la Justicia?
R. Para la globalización de la Justicia es fundamental tener una legislación que posibilite ese proceso de globalización, de tal manera que contemos con una jurisdicción a nivel internacional y una competencia que posibilite la detención de los delincuentes y su enjuiciamiento en el lugar de detención. Pero para eso yo ya lo propuse en las Naciones Unidas hace tiempo y ahora se está trabajando en los tribunales internacionales, en Roma hubo hace poco un congreso. Es conveniente una legislación que haga referencia a este tema y la creación de los tribunales correspondientes. Pero tal y como están las cosas es muy díficil llegar a la globalización de la Justicia. Se ha globalizado el delito, entonces hay que globalizar la justicia.
P. Su hija, Zulemita, visitó recientemente Cuba. ¿Trató el tema de la Cumbre Iberoamericana con las autoridades de la isla?
R. Yo hablé personalmente con Castro y le expuse las causas por las que no concurriría. En alguna medida pienso que a Castro no le desagrada esa posición de Argentina y Chile, porque mañana o pasado él mismo puede ser víctima de este tipo de maniobras. Entendió la explicación. P. ¿Está de acuerdo?
R. No dijo nada. Pero si Pinochet vuelve a Chile antes de la cumbre voy a ir a La Habana. ¡Ojo! No se trata de la defensa de Pinochet, ni mi decisión está en contra de España o de Cuba, simplemente es la defensa del derecho de territorialidad.
P. Pero, ¿usted considera que Pinochet fue un dictador? R. Por supuesto, pero tantos dictadores andan por el mundo.
P. ¿Y que fue responsable de crímenes?
R. Bueno, creo que eso está totalmente probado. Vuelvo a reiterar, no estoy entrando en ese terreno, sino simplemente en la defensa a partir de la solidaridad con la soberanía chilena, porque lo que le pasa a Chile nos puede
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pasar a nosotros o a Cuba en cualquier momento. No se dan cuenta del tremendo peligro que se corre.
P. ¿No cree usted que hay diferencia entre la actitud de los militares argentinos y de los chilenos? El general Martín Balza ha pedido perdón por las violaciones a los derechos humanos cometidas en su país. Y, claro, un general pidiendo perdón y asumiendo responsabilidad no de él sino de toda la institución es poco frecuente en el mundo y en América Latina.
R. Esto lo viene sosteniendo el general Balza desde hace bastante tiempo. El general Balza no pronuncia un solo discurso sin que lo lea antes el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, que es este presidente.
P. Hasta el último momento, usted intentó presentarse a las elecciones del próximo 24 de octubre, a pesar de que la Constitución prohíbe explícitamente tres mandatos consecutivos. ¿Por qué se resistió tanto a dejar el poder?
R. Creo que fuimos muy exitosos en los años de gobierno. Pensaba que con la continuidad de unos cuatro años más podríamos haber consolidado definitivamente esta transformación que arranca en 1989. Pero las cosas vinieron así. Espero que las futuras autoridades continúen con algunas de nuestras propuestas para que Argentina pueda seguir creciendo.
P. Usted ha dicho en alguna ocasión: "El día que deje la política me muero".
R. Sí, efectivamente. La política no la voy a dejar. Voy a continuar y creo que tengo sobrados méritos para intentar un nuevo periodo de gobierno en el año 2003.
P. ¿Y hasta entonces?
R. Voy a recorrer mi país, este continente y el mundo dando conferencias, charlas y todo aquello que se me solicite para que conozcan y sepan lo que hicimos en detalle aquí en nuestro país. Ya tengo la posibilidad de ir a Oxford y también a Harvard.
P. ¿Por qué quiere volver?
R. Para profundizar todo lo que hicimos en estos diez años. Creo que el hombre político, como he dicho en muchas oportunidades, no muere nunca, y por más que los futuros gobernantes hagan bien las cosas, uno siempre está pensando que las podría hacer mejor. No hay nada mejor que poder volver a conducir un país con el poder que le deviene al gobernante desde el mandato del pueblo. Nada es perfecto, todo es perfectible.
P. Su periodo de gobierno, por su duración, sólo se compara con el general Perón.
R. El general Perón totalizó nueve años y unos meses y yo voy a llegar a 10 años y 6 meses. Pero, además, hay que recordar las condiciones en que recibí el país, prácticamente al borde de la disgregación, con un caos generalizado y una corrupción de la que no se tiene memoria en Argentina y varias partes del mundo. El general Perón, que fue mi maestro, recibió la Argentina con unos recursos impresionantes y a partir de esos recursos pudo rápidamente iniciar una tarea de transformación, una verdadera revolución como ya todo el mundo conoce.
P. ¿Cómo presidente del Partido Justicialista, será usted el jefe de la oposición si la Alianza [coalición de varios partidos de oposición al peronismo] gana las elecciones?
R. No sé. ¿Y si ganamos? Creo que vamos a ganar bien, así que voy a ser un jefe que va a apoyar al Gobierno justicialista.
P. Pero si no gana, ¿está dispuesto a asumir ese papel?
R. No quiero ni pensar que el justicialismo no va llegar. El argentino no se equivoca y cometería un tremendo error de elegir a un presidente que no pertenezca al movimiento, porque ya hemos vivido esta experiencia.
P. Las encuestas vaticinan una clara derrota del peronismo.
R. Las encuestas son encuestas. Vamos a los hechos. Aquí hubo 14 elecciones provinciales, de las que 10 las ganó el justicialismo, en provincias importantísimas, las más grandes Santa Fe y Córdoba. Si tenemos en cuenta esto tenemos una diferencia de más de 600.000 votos a favor del justicialismo.
P. ¿Cuál es el gran reto de la próxima legislatura?
R. Conseguir el equilibrio fiscal, es decir, anular el déficit fiscal. Estamos actualmente con 4.500 millones de dólares, que representa un 1,5% del producto interior bruto. Si tenemos en cuenta las normas de Maastricht, que permiten hasta el 3% del déficit de los países que concurrieron para poner en marcha el euro, Argentina está en condiciones de entrar en ese sistema. Ya lo propusimos en su día: una moneda común para el Mercosur [Argentina, Chile Brasil, Paraguay y Uruguay], habida cuenta de lo que es el déficit fiscal, las tasas de interés, el sistema impositivo. P. ¿Le costará renunciar a la vida de presidente?
R. Mi vida no fue sólo ésta. Mi vida transcurrió en muchas etapas y en algunas situaciones difíciles. Yo me sentí libre estando en la cárcel y me he sentido preso estando aquí. A veces, a uno lo meten entre rejas y si tiene una gran espiritualidad puede estar gozando de esa libertad a partir de la lectura, la música. Las rejas a los hombres que luchan permanentemente por la democracia y por la libertad no le hacen demasiado daño.
P. ¿Cuándo calcula usted que va a estar de nuevo en campaña?
R. El 11 de diciembre . En el año 2001 ya hay elecciones de nuevo y hay que empezar el día 11 de diciembre.
P. ¿Qué siente usted cuando se identifica al menemismo con corrupción, enriquecimiento fácil, amiguismo...?
R. Eso son expresiones del lenguaje que hacen incursión en el mundo de la política y están referidas también a otros políticos. Quienes despiertan en la gente estos sentimientos son casos de corruptos, y eso en el campo de la psicología se llama fenómeno de proyección. Es decir, lo que uno es, pretende que lo son los demás, entonces el corrupto llama corruptos a los demás. Es lo que pasa con la gente de la Alianza, son unos corruptos totales aquí en Argentina y no de ahora sino de siempre, inclusive el candidato a vicepresidente se llevó una banca que le perteneció y eso es corrupción. La actual candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires trabajaba en dos lugares con distintos nombres, Graciela Fernández Mejide en un lado y en el otro lado como Rosa Castañeda. Eso es corrupción y la cantidad de empleados que han designado sin que presten funciones en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, a tal punto que uno de los expedientes está en el juzgado a nombre de De la Rúa, Fernando, por incumplimiento de los deberes de la función pública y creo que también defraudación. Encabeza el listado de los que están siendo investigados el gobernador de la ciudad de Buenos Aires, el jefe. Eso es corrupción. Yo no tengo un solo proceso abierto.
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