Paula Cole brinda un homenaje al "soul" en su tercer disco, "Amén"

Paula Cole tiene una aire angelical. La cantante norteamericana, de 30 años, nacida en Rockport (Massachussets), viajó la semana pasada desde Nueva York, la ciudad donde vive, hasta Madrid para presentar Amén, su tercer álbum, al que ella define como "un homenaje a la música soul". La cantante, que además es productora del disco, presentará su nuevo trabajo en España el próximo mes de enero en el curso de una gira.

Su piel transparente contrasta con la camiseta y la falda larga negra que luce esta mañana. No lleva ni una gota de maquillaje, se recoge el pelo con una goma y de entre las sandalias frailunas sobresalen unos pies pequeños y limpios de esmalte de uñas. Con voz cálida, la misma que suena en todas sus canciones, asegura sentirse en uno de los mejores momentos de su vida, tras haber conseguido sobrevivir al éxito que le produjo tener siete candidaturas para los Grammy y que su disco This fire arrasara en la MTV."La fama es un fenómeno psicológico extraño. Creo haber superado ese momento de mi vida en que me pasaba el día hablando de mí misma. El éxito es algo odioso, nunca me he sentido tan infeliz como en esos momentos", aclara la cantante, que cree haber superado el mal estado que le provocó la popularidad con esta nueva grabación, de la que se siente especialmente satisfecha.

Si mira hacia atrás en su carrera artística se encuentra con Harbinger, un primer disco lleno de "falta de confianza y de timidez"; This fire, un segundo "cargado de ira", del que vendió dos millones de copias, y Amén, un tercero, que se ha atrevido a producir y que es, según sus palabras, fruto de la paz consigo misma. Amén, integrado por nueve canciones compuestas por la cantante, está grabado con Jay Bellerose y Kevin Barry, batería y guitarra, con los que lleva 11 años colaborando y a los que conoció cuando los tres se encontraban en el colegio.

Sentimiento religioso

El primer tema, I believe in love, refleja bien el estado de ánimo de una mujer que acaba de iniciar una nueva relación sentimental; le sigue Amén, una canción con la que quiere transmitir cómo ha pasado "del ateísmo a un fuerte sentimiento religioso". Paula Cole aclara que no pertenece a ninguna iglesia ni congregación religiosa. "Simplemente creo en Dios, y me siento feliz de poder hablar de ello. Es posible que suene cursi, pero quiero ayudar un poco al mundo".En esa filosofía de hacer el bien que tiene Paula Cole se podría enmarcar su actuación ante las tropas americanas en el golfo Pérsico durante la guerra contra Irak. "Fue una de las experiencias más bonitas que he tenido nunca", recuerda ahora la cantante. "No lo hice por patriotismo, canté para ellos para darles un poco de esperanza. Aterricé en aquel inmenso portaaviones y me quedé alucinada. Me encontré con chicos que apenas superaban los 18 o 19 años, que añoraban a sus madres y que estaban allí por dinero, porque no tenían otra opción para sobrevivir. Fue uno de los mejores conciertos que he dado; después de la música, los soldados se quedaron despiertos toda la noche".

De aquella experiencia ha aprendido que "cuanto más peligro se corre, más atención pone el público en una actuación". No le importaría en absoluto repetir concierto para animar a las tropas de Estados Unidos, se encuentren donde se encuentren. La crítica de su país ha descrito a esta joven cantante como una poetisa con una voz impresionante, pero a ella sólo le preocupa "llegar a la gente". Para eso trabaja. Sus raíces musicales tienen mucho que ver con la influencia de su padre, componente de una banda de polkas, que le enseñó a trabajar duro y a "experimentar la música por mí misma y desde todos los ángulos".

La música negra es otro de los referentes de esta cantante norteamericana, que asegura sentirse especialmente identificada con el trabajo de Marvin Gaye o Stevie Wonder, "cantantes capaces de cantar, componer, tocar instrumentos y producir su propia música".