Dos asesinatos en dos días ponen en vilo a la comarca del Garraf
Dos muertes violentas y sin resolver, como consecuencia de dos crímenes aparentemente sin conexión entre sí pero que se han producido con tan sólo dos días de diferencia, tienen en vilo a la comarca del Garraf. En extrañas circunstancias, en la madrugada del pasado día 26 de septiembre fue tiroteado en Sitges el vigilante de un supermercado, que apareció con las manos esposadas a la espalda y que murió horas después en el hospital de Bellvitge. El martes fue hallado en una casa de Puigmoltó, Sant Pere de Ribes, el cadáver de un jardinero, un ciudadano magrebí, atado de pies y manos.
Respecto a este último homicidio, el juez ha decretado el secreto del sumario. La víctima, El Mahdi, de 39 años, fue encontrada en la casa donde trabajaba como encargado del mantenimiento, con señales de haber recibido fuertes golpes en la cabeza. El hombre, de complexión robusta, tenía las manos atadas con una cuerda y las piernas con una tela. La hipótesis de un intento de robo pierde fuerza después de que el propietario de la casa no encontró a faltar ningún objeto de valor, aunque aparecieron cajones revueltos. Incluso la cartera de El Mahdi apareció en el lugar de los hechos con 3.000 pesetas. El Mahdi trabajaba en esta casa desde las 8.00 hasta las 13.00 y de 15.00 a 18.00 horas. La centralita de alarmas de la casa registró que alguien entró en su interior hacia las 13.30 horas. El Mahdi estaba casado y tenía cinco hijos. Desde hace nueve años, su situación en España estaba regularizada y hace cinco años llevó a su familia a Sant Pere de Ribes. El propietario de la casa donde trabajaba lo define como una persona "honrada como pocas, muy responsable y educada". Su familia trasladará su cuerpo a Marruecos para que ser enterrado. Causas sin esclarecer Por otra parte, siguen sin esclarecerse las causas por las que el vigilante de un supermercado fue tiroteado en Sitges durante la madrugada del pasado domingo, día 26 de septiembre. Como consecuencia de la abundante sangre que perdió a causa de los tres disparos que recibió, Pedro García Velarde falleció en el hospital de Bellvitge en la misma tarde del día 26. El vigilante, vecino de Vilanova i la Geltrú, fue encontrado casualmente por unos jóvenes hacia las tres de la madrugada en el aparcamiento del supermercado Caprabo, en el polígono Mas Alba. Estaba medio desnudo y tenía las manos esposadas a la espalda. Todavía estaba con vida, aunque había perdido mucha sangre y tenía dos impactos de bala en las piernas y uno en el costado, ninguno de ellos mortal. Las causas que rodean el crimen son un misterio: la ronda de vigilancia la hacía Pedro García dentro del supermercado, por lo que se ignora por qué salió al exterior. En un primer momento, se apuntó a un intento de robo como móvil del crimen, aunque luego la Guardia Civil informó de que se pudiera haber tratado de una venganza personal. El funeral del vigilante, que había trabajado en el sector inmobiliario, congregó a centenares de personas, entre ellos a varios dirigentes socialistas, ya que Pedro García era militante del Partit dels Socialistes.
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