_
_
_
_

El acusado de matar a un joven magrebí dice que fue amenazado

El acusado de matar a un magrebí en la puerta de una discoteca de Vitoria el 11 de mayo del 98 declaró ayer ante el tercer jurado popular que se constituye en Álava, que se sintió amedrentado por amigos de la víctima, quienes le increparon minutos antes de la agresión y que años atrás le atacaron por una disputa de drogas. El procesado, Nemesio F.G., de 28 años y antiguo legionario en Melilla, aseguró que llevaba tres días sin dormir y consumiendo diferentes drogas cuando ocurrió en incidente, en el que clavó en dos ocasiones una navaja modelo Comando en el cuerpo de Youssef Borrouhu, un joven marroquí que se ayudaba por muletas y que falleció varias horas después en el hospital. El acusado recordó en su testimonio ante el tribunal popular, constituido en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, una paliza que había recibido años atrás por parte de amigos de la víctima que le había obligado a abandonar la ciudad después de haber sido hospitalizado. Nemesio F.G. consumidor habitual de estupefacientes, negó que su agresión hubiese estado premeditada y dirigida expresamente contra el magrebí. Indicó en su declaración que fue increpado por el grupo de Youssef en el interior de la discoteca y que en el momento de salir y encontrarlos en la puerta se abalanzó sobre la víctima "porque vio brillar algo" e interpretó que era una navaja. La acusación incluye en su escrito, en el que pide 20 años de prisión por asesinato, el agravante de racismo, y recordó ayer un incidente mantenido por el inculpado en la cárcel de Nanclares de la Oca, en el que dijo que no le importaba matar "a otro moro, porque con el primero lo pago, pero los demás me salen gratis". La defensa, por su parte, demanda dos años y medio de prisión al entender que el homicidio tiene la eximente completa de trastorno de las facultades cognoscitivas y arrepentimiento. En el escrito de la acusación, por el contrario, se adjuntan frases expresadas por el acusado en el momento de su detención, tales como "el tío ése es un traficante y me está intimidando con la mirada, espero que lo haya matado".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_