La fuerza multinacional en Timor lanza una ofensiva contra los jefes de las milicias
La fuerza multinacional desplegada en Timor Oriental, encabezada por el Ejército australiano, ha lanzado una ofensiva sorpresa en la localidad de Come, al noroeste del territorio, donde ha detenido a 15 miembros de las milicias proindonesias, a quienes confiscó un importante arsenal de armas, según anunció ayer un portavoz de las tropas de la ONU. Fuentes de las tropas australianas declararon a la agencia Reuters que 10 supuestos soldados indonesios de la unidad de comandos Kopassus fueron también detenidos, acusados de prestar apoyo a la guerrilla anexionita.
La temida unidad de élite Kopassus integró en el pasado la fuerza de choque del ex presidente Suharto, acusada de haber participado en numerosas operaciones encubiertas durante sus 32 años de mandato. Las tropas australianas no confirmaron ayer sus acusaciones contra los soldados indonesios detenidos, varios de los cuales portaban tarjetas de identidad de la unidad Kopassus.La fuerza multinacional, que dirige el general australiano Peter Cosgrove, localizó en poder de los paramilitares timorenses detenidos 11 fusiles semiautomáticos SKS, cuatro bayonetas, granadas, todo tipo de armas blancas y diversos accesorios, todos ellos utilizados por las Fuerzas Armadas indonesias. Al parecer, los paramilitares formaban parte de los grupos que el pasado domingo asesinaron cerca de Come, entre Los Palos y Baucau, a cinco religiosos, dos seminaristas, un conductor y al periodista indonesio Agus Mulyawan, que trabajaba para una cadena de televisión japonesa.
Las Fuerzas Armadas para la Liberación de Timor Oriental (Falintil), brazo armado de la resistencia timorense, anunciaron ayer que habían ejecutado a 11 miembros de las milicias integracionistas, que fueron sorprendidos regresando al lugar de la matanza con el fin de "hacer desaparecer los cadáveres", según informó el comandante Lere, jefe de la guerrilla.
Esta es la primera ocasión que las Falintil reconocen "el ajusticiamiento" de los paramilitares que, en estrecha colaboración con el Ejército indonesio, han sembrado el terror en Timor Oriental desde hace casi un mes.
Por su parte, el coronel australiano Mark Kelly informó ayer de que la ofensiva de la fuerza multinacional ha constituido "un gran éxito" que, "ha permitido obtener valiosas informaciones sobre el funcionamiento de los grupos armados que aún continúan activos en Timor". Las tropas internacionales confiscaron un buen número de armas automáticas que habían sido vistas en numerosas ocasiones en poder de los milicianos.
Un oficial de los servicios de información australianos destacó que esta intervención confirmaba "sin género de dudas, las estrechas vinculaciones entre las milicias y el Ejército indonesio".
La persecución de los paramilitares y la búsqueda de pruebas para la investigación de los crímenes cometidos en Timor está provocando en Indonesia una campaña contra los máximos responsables de las fuerzas de paz, que ayer fueron acusados en el diario Indonesian Observer de haber torturado a varios miembros de las milicias integracionistas e incluso de haber quemado a uno de sus integrantes.
El portavoz de la misión diplomática australiana, John Milne, desmintió esas informaciones y afirmó que formaban parte de "una campaña premeditada para desacreditar a las tropas [australianas] en Timor Oriental".
Esta campaña ha obtenido algunos resultados, y desde hace varios días se repiten las manifestaciones de protesta frente a la Embajada de Australia en Yakarta, que la semana pasada fue alcanzada por dos disparos. Asimismo, la diplomacia indonesia trata de evitar que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe la creación de un tribunal internacional que juzgue los crímenes cometidos en Timor, después de que la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas autorizase el lunes en Ginebra la apertura de una investigación oficial sobre esos hechos.
Esa decisión fue adoptada a pesar de la oposición de diversos aliados asiáticos de Indonesia, como China (miembro del Consejo de Seguridad) y Filipinas (integrante de la fuerza multinacional) o la abstención de Japón y Corea del Sur, entre otros.
En una sorprendente declaración, el Gobierno chino anunció ayer que obstruirá la pacificación de Timor si es que se crea una comisión investigadora sobre la violación de los derechos humanos en la ex colonia portuguesa al margen de Naciones Unidas.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhang Qiyue, afirmó que su país no tolerará esa propuesta y afirmó que esos procesos son de competencia "exclusivamente nacional". Además de no aceptar una investigación independiente, al margen de la ONU, Pekín ha anunciado también que vetará la creación de un tribunal internacional para juzgar esos crímenes.
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