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Un cuerpo lleva 9 meses en depósito

La situación anómala denunciada en el depósito de cadáveres del Instituto Anatómico Forense de Barcelona, situado en el Hospital Clínico, no deja de sorprender. Primero: instalaciones del siglo pasado, falta de higiene, temperaturas altas y gusanos. Más tarde: amenazas de infección para los trabajadores del centro, que depende de Justicia, y la constatación de que el depósito recibe más cadáveres (hasta 27) de los que puede alojar en sus 22 cámaras frigoríficas. Ahora se ha descubierto que uno de los cuerpos depositados allí lleva en la cámara nueve meses (concretamente desde enero) a la espera de que la burocracia judicial permita su entierro, según confirmó la directora del instituto, Teresa Tortosa, a la Inspección de Trabajo. En este servicio hay cámaras que no han refrigerado en todo el verano, de acuerdo con los datos aportados por CCOO en su denuncia. El sindicado insiste en que el problema del depósito no es aislado, sino continuado. En el depósito trabajan seis oficiales de autopsia, dos médicos forenses y dos limpiadores, además de dos auxiliares de clínica que manifestaron a la inspección no saber de quién dependen. Pero resulta que llueve sobre mojado. El 31 de octubre de 1998, la Inspección de Trabajo instó el cierre del depósito de Molins de Rei, que también dependía de Justicia. Anteriormente, en 1994, la Audiencia de Barcelona ordenó que se investigaran las autopsias del Instituto Anatómico Forense debido a una demanda de tres funcionarios del instituto por un posible trasvase de cadáveres de fallecidos por muerte natural desde el Clínico hasta el instituto clasificándolos como casos judiciales sin serlo.

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Justicia reconoce que el depósito de cadáveres del Clínico está "obsoleto"
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