Inician el curso en Asturias los niños rusos que no quieren volver a su país
Las nueve familias que los acogieron se niegan a repatriarlos
Los nueve niños rusos que permanecen acogidos en situación irregular en Asturias tras haber vencido el 30 de agosto pasado el permiso de estudios concedido por las autoridades de su país y el director del orfanato al que pertenecen, han iniciado el curso escolar en distintos centros educativos del Principado. Las nueve familias que se negaron a devolver a Rusia a los niños aseguran que esperan una solución legal del conflicto, pero que si las autoridades rusas optan por tramitar una orden de repatriación, no lo acatarán.
De momento, la incertidumbre persiste sobre la situación de los pequeños con edades comprendidas entre los 9 y los 13 años. Tanto ellos como las familias asturianas de Oviedo, Blimea, La Felguera, Ribadesella, Siero y Mieres, que los acogen desde hace dos años, reiteran su negativa a acatar la orden de regreso a los internados de los que proceden, una vez que las autoridades de su país y las direcciones de los orfanatos tutores legales de los niños optaron por no renovar por tercer año consecutivo el permiso de estancia en España. Ayer, seis de las familias, a las que también les han caducado los permisos de estancia otorgados por las autoridades españoles, cursaron la solicitud de renovación de los mismos en la Comisaría de Policía de Oviedo. A los otros tres niños rusos la autorización concedida por el Gobierno español no les vence hasta febrero.Además de reiniciar el curso académico en centros de Primaria y Secundaria de la región, los pequeños reanudarán también en octubre las clases particulares de ruso. Las familias han contratado los servicios docentes de un matrimonio de matemáticos rusos afincado en Asturias para que impartan la enseñanza de su idioma nativo a los niños, de acuerdo con el compromiso asumido con la dirección del internado cuando ésta autorizó la estancia de los escolares en España.
Todos los niños proceden del internado de Kirievsk, en Tula, con la salvedad de Ekaterina Pchenitchnikova, de 12 años, que pertenece al orfanato Orlinoe Gnesdó, de Tomks, en Siberia. Las autoridades rusas, la fiscalía de aquel país y los directores de los internados exigen el retorno de los niños, sin perjuicio, aseguran, de que se les pueda renovar el permiso en el futuro y aun de que se puedan acelerar los trámites de adopción emprendidos por algunas de las familias. Pero éstas, y los pequeños rusos, temen que, si regresan, ya no se les permita volver.
El alcalde del municipio de Siero, distante 20 kilómetros de Oviedo, y donde tiene su sede la organización no gubernamental Familias de Acogida que en 1996 emprendió el programa de estancias de niños rusos en Asturias, mantiene negociaciones y contactos desde hace casi un mes para tratar de desbloquear la situación. De momento, las espadas están en alto.
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