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El Consell consume el 95% de la partida de Farmacia en siete meses

El gasto farmacéutico sigue desbocado. La partida del presupuesto de la Generalitat destinada a cubrir la factura de Farmacia y a subvencionar otras prestaciones externas asciende a 122.000 millones para 1999. Sin embargo, de acuerdo con la última liquidación parcial del presupuesto disponible, a 31 de julio ya se había consumido el 95% del total. Vicente Rambla, consejero de Economía y Hacienda desde finales de julio, ha congelado todas las inversiones pendientes para intentar hacer frente a los costes de Educación y Sanidad.

José Luis Olivas, ex consejero de Hacienda y actual vicepresidente primero del Consell, dejó de contabilizar 37.000 millones de pesetas correspondientes a la factura de Farmacia durante el último trimestre del año 1998. Es decir, como no tenía crédito para pagar el porcentaje de los medicamentos que subvenciona el Servicio Valenciano de Salud a partir de septiembre del año pasado optó por obviar formalmente esos gastos. Los pagos llegaron a su destino. Los farmacéuticos nunca se quejaron. Pero el presupuesto de Farmacia para 1999, que ya era inferior a la factura real de 1997, arrancó con un pago de 37.000 millones que se arrastraban del año anterior. Sobre un total de 122.000 millones -si se consideran la subvención para prótesis y vehículos de minusválidos y otras facturas menores-, el ejercicio en curso arrancó con un pago heredado que rondaba la cuarta parte del presupuesto total. Vicente Rambla, inspector de Hacienda, asumió la Consejería de Hacienda a finales de junio. En 1995 había ocupado la dirección general de Recursos Financieros de la Consejería de Sanidad durante dos años. Ya conocía los problemas derivados del gasto farmacéutico. Pero el panorama que descubrió cuando asumió la Consejería de Hacienda debió resultarle desolador. El 16 de agosto arrancó un acuerdo del pleno del Consell, que firmó José Joaquín Ripoll, vicepresidente segundo, para congelar "el total disponible más el total de saldos no autorizados" de las partidas destinadas a inversiones.

El recorte de inversiones de la Generalitat apenas permite cubrir el gasto de Farmacia heredado de 1998

José Luis Olivas entró de puntillas en la Consejería de Hacienda en junio de 1995 para no caer en los impresionantes agujeros que dijo haber heredado de sus predecesores socialistas. Vicente Rambla, su sucesor, ha sido más discreto. Pero forzó un acuerdo del Consell a mediados de agosto para congelar todos los fondos disponibles de los capítulos de inversiones y transferencias de capital. El acuerdo tiene una redacción deliciosa. Recuerda la incorporación de España en la Unión Económica y Monetaria, los esfuerzos desarrollados por el Consell para alcanzar el equilibrio presupuestario y celebra el superávit de más de 700 millones en la liquidación de las cuentas de la Generalitat de 1998. Pero establece: "Resulta necesario absorber el desequilibrio presupuestario que supone la incorporación de remanentes de crédito de gastos comprometidos de un ejercicio presupuestario al siguiente". Y añade que "la evolución real del gasto producido por la prestación de servicios ineludibles en materia educativa y sanitaria origina en cada ejercicio presupuestario desviaciones en la dotación prevista de los créditos", que exigen "medidas de ajuste". Sólo se salvan de la congelación de las inversiones y transferencias las Cortes Valencianas y la partida destinada al servicio de la deuda de la Generalitat. Fondos disponibles De acuerdo con la liquidación del presupuesto a 31 de julio, el volumen de fondos disponibles correspondientes a las partidas de inversiones y transferencias de capital asciende a unos 50.000 millones de pesetas. Pero fuentes de la Consejería de Hacienda insisten en reducir esa partida. De modo que la congelación de todas las inversiones apenas permite cubrir los 37.000 millones de gasto de Farmacia heredados de 1998. Las mismas fuentes recuerdan que la medida no es nueva. Olivas forzó sucesivos recortes en las inversiones de la Generalitat durante tres años consecutivos, entre 1996 y 1998, que afectaron cada año a un 20% del presupuesto. Dadas las circunstancias, lo sorprendente es que el presupuesto de 1998 se cerrara con un superávit, estrictamente formal, de 700 millones. Cristina Moreno, portavoz del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas, ha solicitado sendas comparecencias de Olivas, para explicar la liquidación del presupuesto de 1998; y de Rambla, para que justifique la congelación de inversiones aprobada por acuerdo del Consell. La portavoz socialista considera que el recorte de las inversiones de todas las consejerías y de la subvención de inversiones que asumen ayuntamientos, diputaciones y otras entidades, "es una conclusión de la contabilidad creativa y la ausencia de rigor presupuestario desarrollada por el Consell de Zaplana durante los pasados cuatro años". Moreno cita el gasto farmacéutico como uno de los "ejemplos más visibles de los juegos malabares realizados con los presupuestos durante la pasada legislatura". La portavoz socialista también lamenta que el responsable de tales desaguisados, el ex consejero de Hacienda, haya sido "premiado" por Zaplana con la plaza de vicepresidente primero del Consell.

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