El Baix Llobregat se une para exigir que se reutilicen las aguas de la depuradora

La macrodepuradora del Llobregat que ha empezado a construirse en El Prat lanzará al mar 5,25 metros cúbicos de agua una vez tratada. Al año, ese volumen de agua equivale a una cuarta parte de la capacidad de almacenamiento de los embalses de Cataluña. Administración, agentes sociales y económicos, regantes y usuarios del Baix Llobregat se han unido para reclamar que la depuradora incorpore un sistema terciario que permita la reultización de las aguas depuradas. La reutilización de las aguas tendría dos vertientes. Por un lado, haría que el Llobregat, en su tramo final, mantuviera un caudal ecológico que permitiera la vida. La recogida de aguas por parte de la depuradora y el hecho de que se trate de un río mediterráneo harán que el Llobregat, entre Sant Joan Despí y El Prat, baje seco durante muchos meses del año. Un sistema de bombeo evitaría esta situación. El segundo objetivo es la reutilización social y económica de las aguas depuradas. Tanto las empresas, para la refrigeración de sus sistemas, como los agricultores, para el riego, podrían aprovechar un recurso escaso. El consejo comarcal del Baix Llobregat, Unió de Pagesos, la Confederación de Empresarios, la Comunidad de Usuarios de Aguas del Delta y de la Cubeta de Sant Andreu y las comunidades de regantes del Canal de la Dreta y el Canal de la Infanta han suscrito un pacto del agua. El pacto cuenta con el apoyo tácito de la Entidad Metropolitana de Medio Ambiente, encargada de gestionar la depuradora. La intención de este acuerdo es conseguir que la Generalitat y el Gobierno central, que son los que corren con los 40.000 millones de pesetas que cuesta la construcción de la depuradora, acepten incorporar un sistema terciario que situaría las aguas tratadas en la antesala de la potabilización. El sistema costaría 10.000 millones de pesetas.