Carmen Linares canta en el Auditorio Nacional por la Fundación Alzheimer
La artista interpreta 'El amor brujo', de Falla, en un concierto benéfico
Una vez más, la dama del flamenco acude a la llamada de los necesitados. Mañana, Carmen Linares vuelve al Auditorio Nacional, un escenario misteriosamente vedado al flamenco, para cantar El amor brujo, de Falla, en la versión de 1915. Es un concierto a beneficio de la Fundación Alzheimer, en el que la cantaora comparte protagonismo con piezas de zarzuela y la Orquesta de Cámara Villa de Madrid, que dirige Mercedes Padilla.
Carmen Linares aparece espléndida y maqueada, a pesar de que le ha salido ya "la pupa de los estrenos" en el labio: "Me pasa siempre, es terrible, pero todo sea por una buena causa". Ésta lo parece, sin duda. No sólo por el escenario (no cantan los flamencos muy a menudo en el Auditorio, aunque ella lo ha hecho ya un par de veces), sino sobre todo porque la recaudación del concierto de mañana (a las 22.30; las entradas oscilan entre 2.000 pesetas y 3.500) es para los enfermos de Alzheimer. Linares cerrará con la versión original de El amor brujo, una partitura que domina a la perfección, la primera parte de este quinto concierto benéfico, que también incluye fragmentos musicales de La revoltosa, El bateo y otras zarzuelas.La cantaora se ha convertido en toda una asidua a homenajes y otras galas desinteresadas, y, por cierto, la última experiencia fue menos gratificante de lo previsto: "El día del homenaje a Fosforito en Madrid tuve que venir desde Albacete, donde estaba trabajando, a doscientos por hora. Y luego, encima, algunos me criticaron por llegar tarde a cantar".
Por lo demás, todo rezuma felicidad en Linares, madre enamorada de sus dos hijos y cantaora en plena madurez artística. Sólo parece sufrir un poco antes de salir a escena, en ese momento en que se arrepiente "de no haber sido farmacéutica". Ahora acaba de venir de Tokio, donde ha dado dos recitales seguidos con llenos absolutos. "He encontrado una afición, un amor al flamenco que te caes al suelo... Había un tipo que vino conduciendo 800 kilómetros para oírme, y me traía el disco que se acaba de publicar allí para que se lo firmara... Fue una cosa preciosa".
Un tesoro
Se refiere al doble CD Antología del cante de mujer, un tesoro que publicó hace dos años y que supone el último trabajo de su larga y solvente discografía, a falta de que aparezca, en un mes más o menos, su colaboración especialísima en el nuevo disco de Manolo Sanlúcar, lleno de textos lorquianos y armonías nuevas. La Antología ha vendido, muy poco a poco pero sin pausa, 60.000 copias, cifra inaudita para una cantaora como Linares, que nunca hace concesiones a lo fácil, a la fusión comercial. Aquel trabajo, grabado a pelo con las guitarras excepcionales de tocaores como Tomatito, Moraíto Chico o Pepe Habichuela, entre varios más, es la mejor prueba de que Linares no es una cantaora de pelotazo, sino una artista lenta, segura. Lo cual resulta toda una garantía en un momento como éste, en que cantaoras jóvenes y tan distintas como Mayte Martín, La Macanita, Ginesa Ortega, Esperanza Fernández, Estrella Morente o Marina Heredia vienen apretando fuerte. "Uf, es impresionante cómo viene el cante de mujer", dice. "Yo creo que nunca ha habido tanta calidad junta. Seguramente es que nosotras todavía tenemos que abrirnos camino, demostrar que sabemos, que podemos, que nos tomamos el flamenco en serio, que podemos cantar por soleá y por siguiriyas, los cantes difíciles. En cambio, los hombres no tienen que demostrar nada. Es estupendo que haya tantas buenas cantaoras: crece el respeto y el interés del público, y eso nos favorece a todos. Y a todas".
Babelia
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