Ponce y El Juli hicieron tablas

El autor de la idea de montar un enfrentamiento entre Enrique Ponce y El Juli y poner en los carteles que se trataba de un "reñido mano a mano", para hacer creer al público que los diestros iban a salir a darse mordiscos, no sabe muy bien por dónde se anda. Enrique y Julián se llevan como hermanos, porque no en balde Victoriano Valencia es, a la vez, suegro de Ponce y apoderado de El Juli. Y si a este encuentro casi familiar le añadimos el aperitivo de un rejoneador amigo de Ponce -del que se dice, incluso, que está enseñando al torero a rejonear-, es evidente que todo se queda en casa.Para que esa anunciada riña entre los diestros quedara en agua de borrajas, el destino quiso que el mano a mano terminara en tablas. Tres orejitas toledanas se llevó cada uno. Tres orejitas por enfrentarse a seis toretes con menos fuerza que un enanito anoréxico. Sobre todo el primer animalejo, escuálido y con pinta de eralote, al que apenas arañaron en varas y que se pegó una costalada cuando le clavaron el primer par de banderillas.

Y a pesar de que Ponce le intentó aplicar los oportunos auxilios sanitarios a base de dosificar su acostumbrada faena de la mitad de un muletazo a media altura, el torillo se pasó toda la faena en el suelo. Como aquello era para sonrojar a cualquiera, el valenciano se volcó en el volapié y el novillejo, en un último esfuerzo, lo levantó del suelo. La cosa no tuvo graves resultados y el torero salió de la enfermería cuando le llegó su turno. Consiguió Ponce el doble trofeo en su segundo toro, que ya empezó a ir por los suelos, tras un quite suave por verónicas. La faena, naturalmente, se compuso de tironcitos mimosos, de costadillo, y sólo al final toreó Ponce de verdad, con la mano izquierda, dando mayor hondura al muletazo. Los pases de pecho y el molinete invertido, muy en boga últimamente, gustaron mucho. Y terminó Ponce su tarea con el quinto, un astado pronto y repetidor, al que, tras el trasteo superficial de siempre, le atizó un par de circulares para la galería.

El Juli hizo una meritoria faena a su primer enemigo. Toda en el mismo terreno, con entrega y ligazón. Con el cuarto anduvo en tono insulso y sin ganas. Todo le resultó muy frío y sin emoción, a lo que contribuyó la invalidez y sosería del toro. Y con el último, un manso aquerenciado, salió con aire de ir a cumplir un compromiso más. No se acopló por el pitón izquierdo hasta el final del trasteo, en el que consiguió mandarlo y llevarlo con largura. De todos modos, la faena tuvo más cantidad que calidad.

El rejoneador González Porras hizo sudar a sus caballos para poder sacar partido de un novillejo muy distraído. Arriesgó bastante, sobre todo en banderillas y tuvo el mérito de galopar a dos pistas sin que la res lograse alcanzar la grupa del caballo con los derrotes que tiraba.

El Cordobés corta una oreja en Valladolid Una oreja, que cortó El Cordobés, hubo en la segunda corrida de la feria de Valladolid, celebrada ayer con media entrada. Se lidiaron toros de Torrestrella, flojos y nobles. El Cordobés, oreja y ovación. Rivera Ordóñez, ovación y silencio. Dávila Miura, ovación; aviso y ovación.

Villaviciosa de Odón (Madrid). Media entrada. Toros de Baltasar Ibán. Pepín Liria, oreja y dos orejas. Víctor Puerto, dos orejas y ovación. Uceda Leal, ovación y dos orejas. El banderillero Antonio Delgado Romero sufrió una cornada en el glúteo de pronóstico reservado.

Onrubia (Cuenca). Media entrada. Toros de Castilblanco. Pepín Jiménez, ovación y dos orejas. El Fundi, dos orejas y ovación. El Pireo, ovación; dos orejas y rabo.

Azuqueca de Henares (Guadalajara). Novillos de Germán Gervás. Jaime Reyes, silencio en los dos. Reina Rincón, silencio y oreja. Alberto Martín, ovacionado.

Humanes (Madrid). Novillos de Hija de Enrique García. Víctor de la Serna, silencio en los dos. El Fandi, silencio y oreja. Miguel Cuvillo, dos orejas y silencio. Algemesí (Valencia). Lleno. Novillos de María Luisa Domínguez, bien presentados, fuertes, nobles. Lumbrerita, oreja. Carlos Barón, aviso y silencio. El Javi, vuelta. Juan Romo, ovación. José Luis Miñarro, vuelta.