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"Dos para la de Kidman"

Los espectadores de la última película de Kubrick evitan citar el título al comprar la entrada

"Dos de la que se estrena hoy, por favor", "Déme cuatro entradas de la de Tom Cruise", "Dame cinco para la película de Kubrick", "Cuatro tiques de la película de Nicole Kidman". Pocos madrileños se atreven a pronunciar Eyes wide shut (Ojos ampliamente cerrados), el título de la nueva y última película del famoso y recientemente fallecido director Stanley Kubrick, que ayer se estrenó en Madrid. "El título es uno de los más difíciles que hemos tenido aquí en muchos años", asegura Susana Brasero, taquillera de la multisala de Cine Cité, en Méndez Álvaro. "Solamente los jóvenes se refieren a la película con su título en inglés, supongo que a ellos les resulta más fácil su pronunciación", agrega María Rodríguez, colega de Susana. "Creo que a algunas personas les avergüenza ponerse a hablar en inglés, porque no lo saben muy bien", dice Ester Moya, otra taquillera de esta multisala.Ver las palabras escritas facilita los problemas de la pronunciación del título: "Yo me lo he apuntado aquí, en una nota, así me ha sido mucho más fácil pronunciarlo", dice José Miguel Artaga, madrileño de 54 años, y muestra un papel en el que se lee: "Ais Wais Sat". "Realmente, ni sé qué significa el título, ni de qué va la película, ni nada", añade, con una sonrisa. "Me ha llamado una amiga, me recomendó que viniéramos y aquí que nos hemos venido", concluye.

Las versiones que ofrecen los espectadores de "eyes wide shut" son numerosas: "Eis wais sat"; "Is wis sat" "la de ais"... Incluso los que consiguen pronunciar bien y saben el contenido de la película encuentran problemas con la traducción del título: "Ojos que se cierran", "Ojos cerrados", "los ojos completamente cerrados" son algunas de las explicaciones que ofrecen los espectadores. Al fin, un madrileño de mediana edad ofrece la solución: "Eyes wide shut es un juego de palabras, una contradicción, significa que los ojos están cerrados de par en par, algo que no puede ser".

En las taquillas de las multisalas de Cine Cité, unos monitores detrás de las vendedoras ayudan al público a elegir. Muestran la película y la sala correspondiente; de esta manera, los espectadores no tienen que decir los nombres, sino solamente el número de la sala ("Dos para la 16", por ejemplo). "Los problemas se multiplican cuando la gente no tiene delante nada escrito", dice la taquillera Susana. "A veces, las reservas que se hacen por teléfono alcanzan el 90% de nuestras plazas, y por teléfono no tienen ninguna indicación por escrito del título, así que dicen lo que les suena y lo sueltan, y nosotras tenemos que resolverlo luego", explica Susana. "Creo que a los españoles nos hace falta un poco más de idiomas", dice. "O que traduzcan del todo los títulos de las películas", concluye.

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