Tres millones de votos
GOBIERNO Y sindicatos alcanzaron ayer un acuerdo para subir las pensiones mínimas por encima del IPC el año próximo. Lo que no era posible lo ha sido por la proximidad de las elecciones generales. Sin embargo, resulta un tanto paradójico que en este asunto todos los partidos se acusen entre sí de electoralismo: el sistema democrático se caracteriza porque el poder depende de los votos, y los partidos compiten para conseguirlos. La duda es si en este caso la decisión de subir las pensiones favorecerá al Gobierno, que las pagará, o a los socialistas, que le obligaron a subirlas.Con un censo electoral de unos 30 millones de personas, los pensionistas suman ocho millones: más de la cuarta parte. La medida acordada ayer, y que ahora deberá discutir el Parlamento, afecta a unos tres millones de pensionistas. Para la mayoría de ellos, unos 2,5 millones, la subida será de entre el 5% y el 6%, es decir, bastante por encima de la inflación. La subida incorpora la compensación que habrá de acordarse por la pérdida de poder adquisitivo derivado de la desviación en la previsión de inflación en 1999. Así, las pensiones mínimas de jubilación y de viudedad serán, en sus modalidades más comunes, de entre 60.000 y 70.000 pesetas, y las no contributivas, de unas 40.000.
La medida se justifica porque, siendo las pensiones mínimas muy bajas en España, hay actualmente margen para subirlas, dada la buena marcha de la economía (y de la recaudación fiscal). Y porque parece lógico que los sectores más desfavorecidos se beneficien de la buena coyuntura, en una medida al menos equivalente a la del conjunto de los asalariados, que ha venido siendo -hasta ahora- superior al IPC.
El Gobierno justifica su rectificación invocando ciertas recomendaciones incluidas en el Pacto de Toledo, y argumenta que lo suyo es una subida pactada con los agentes sociales y común a todo el territorio. Sin embargo, hasta hace poco decía que plantear esa subida implicaba desestabilizar las cuentas públicas, y de hecho se opuso a la iniciativa socialista de una subida homogénea de 2.000 pesetas en las pensiones mínimas.Es evidente que el Gobierno ha sido llevado a este acuerdo por la dinámica desatada por la iniciativa de Chaves en Andalucía y secundada luego por Pujol.
Parece una constante del PP: reivindica ser el partido de las libertades y la cohesión social, pero los avances registrados en esos terrenos casi nunca han sido iniciativas suyas. Bienvenido sea pues el acuerdo entre Gobierno y sindicatos, pero más beneficios hubiera obtenido el PP de haber reaccionado con más premura y con sensibilidad mejor afilada.
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