Aislamiento nacionalista
Como el resto de la generación que ganó la guerra al poder colonial francés, el presidente Abdelaziz Buteflika mantiene aún, 37 años después de la independencia de Argelia, un profundo orgullo nacionalista frente a cualquier intromisión occidental. A pesar de que en sus mítines ha insistido en que sin paz y reconciliación no puede haber inversiones extranjeras ni recuperación económica, su Gobierno parece seguir resistiéndose a abrir el país al mundo. Una de las decisiones más esperadas por los argelinos en el proceso de pacificación era la reanudación de los vuelos de Air France a Argelia, suspendidos tras el secuestro por un grupo armado islamista de un Airbus francés, que terminó con siete muertos en diciembre de 1994. Desde entonces, Iberia y el resto de las compañías europeas cancelaron también todos sus enlaces con los aeropuertos argelinos. Buteflika rechazó el pasado domingo las condiciones exigidas por Air France, y calificó de "inaceptable" la pretensión de que agentes de seguridad franceses controlasen la identidad de los pasajeros y examinasen los equipajes en los aeropuertos argelinos.En medio de un reforzado despliegue de seguridad, los argelinos se disponen a votar mañana, mientras los periodistas extranjeros que cubren la información sobre el referéndum siguen contando con escolta policial obligatoria en sus desplazamientos.
