Sanidad tratará de vacunar a 250.000 personas contra la gripe en la campaña que se inicia mañana

El Servicio Vasco de Salud-Osakidetza comienza mañana la campaña de vacunación contra la gripe dirigida a más de 250.000 personas, es decir, el 11% de la población vasca. Los colectivos destinatarios de la vacunación son los mayores de 65 años y las personas menores de esa edad que sufren alguna enfermedad crónica. La vacuna tiene como finalidad prevenir el desarrollo de la gripe, aliviar sus síntomas y, especialmente, evitar complicaciones graves a estos dos grupos más indefensos ante la gripe. La campaña se prolongará hasta el 30 de octubre.

Los primeros casos de gripe comienzan a finales de otoño, aumentan en invierno y se van reduciendo paulatinamente a partir de los meses de febrero y marzo. Los objetivos de la campaña son vacunar al menos al 95% de la población mayor de 65 años que vive en residencias de ancianos o centros especiales (donde el riesgo de contagio es importante), lograr como mínimo una cobertura del 62% de la población mayor de 65 años adscrita a la red de atención primaria, y conseguir la mayor cobertura posible entre los enfermos crónicos. Para poder vacunarse basta con que las personas pertenecientes a algunos de estos grupos acudan a su centro de salud o consultorio habitual, donde el médico de cabecera les administrará la vacuna. En el caso de las personas con 65 años o más será suficiente con que presenten su documento de identidad o su tarjeta sanitaria en su ambulatorio habitual para recibir la vacuna sin necesidad de que tengan que acudir previamente a su médico. El departamento de Sanidad ha comprado un total de 264.300 vacunas (30.800 para Álava; 85.700 para Guipúzcoa, y 147.800 para Vizcaya), lo que supone un incremento de un 5% (alrededor de 12.000) en relación a las suministradas en la anterior campaña. La adquisición de estas vacunas ha supuesto un desembolso de 140 millones de pesetas. Arma eficaz En las últimas semanas ha trascendido la aparición de un nuevo medicamente antigripal denominado Relenza, capaz de aliviar los síntomas y de reducir la duración de la enfermedad un día y medio. La Agencia Europa del Medicamento ya ha dado el visto bueno a su comercialización, por lo que estará en las farmacias a disposición de los ciudadanos en los los próximos meses. Sin embargo, el consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, recalcó que la vacuna es "la única arma eficaz" para prevenir la gripe y evitar la aparición de complicaciones. "El Relenza no puede administrarse a pacientes menores de 12 años ni a ancianos, pacientes con asma u otras enfermedades respiratorias crónicas, que son precisamente algunos de los grupos de mayor riesgo", enfatizó. Así, Inclán indicó que es "importante no bajar la guardia y mantener los sistemas tradicionales de prevención. Vacunarse es una opción voluntaria y personal, pero de reconocida eficacia, por lo que pido que nadie que se encuentre entre los grupos de riesgo deje de hacerlo". El titular de Sanidad también realizó varias recomendaciones para evitar los problemas que se han producido durante otras campañas, como la saturación de los servicios de urgencias de los hospitales. La gripe debe pasarse en casa siempre que se trate de personas que habitualmente gozan de buena salud y no tienen ninguna enfermedad añadida. Los consejos para combatir la gripe en las personas sanas son el consumo de líquidos, el reposo y el uso de analgésicos suaves, como el paracetamol. En ningún caso, los enfermos de gripe deben recurrir a automedicarse con antibióticos. El consumo inadecuado de estos medicamentos sólo conduce a crear en el cuerpo humano más resistencias hacia ellos, lo que impedirá que actúen con eficacia cuando se presente una infección bacteriana, que es para lo que están preparados. Sólo es preciso acudir al médico de cabecera cuando no desaparezca la fiebre elevada a pesar de tratamiento, se mantenga la fatiga y haya dificultades para respirar. El médico será quien decidirá si el paciente debe ingresar en el hospital. "El uso racional de los servicios asistenciales sería la herramienta más eficaz para sobrellevar con normalidad los picos de la enfermedad que, sin duda, provocarán durante dos o tres semanas una presión asistencial mayor a la habitual", advirtió el consejero.