El exbanquero Sigarev pagaba por su seguridad en España
Una conversación telefónica desvela que el precio del servicio era de 100.000 dólares
Al principio del verano, la policía de Málaga escuchó una conversación entre Leonid Terekhov, el presunto jefe del clan mafioso Medvedkovo, y su esposa, Oxana Terekhova: -¡Ya está bien...! ¿Qué son 100.000 dólares por proteger a Sigarev? Ese dinero (15 millones de pesetas) lo consigo yo en un segundo.
La policía sospecha que las relaciones entre Terekhov y Sigarev, el ex banquero, se estaban deteriorando muy rápidamente. Aunque unidos por pasados muy oscuros, y compañeros habituales de juergas en Marbella, el carácter de uno y otro empezaban a chocar. Quizás Sigarev ya no se sentía tan seguro. Quizás Terekhov, tan ambicioso, planeaba subir a su paisano el precio de la seguridad. La acción de la policía dejó sin final el principio de la disputa. Si bien es verdad que relaciones tan difíciles -en el cine y también en la vida real- suelen terminar en la mesa del forense. Los jefes de las unidades contra el crimen organizado de Málaga no quisieron comprobarlo, y en cuanto sospecharon que la ensalada de plomo empezaba a aliñarse, llamaron a la puerta de una lujosa mansión.
Fue el 20 de julio. Uno a uno,empezando por Terekhov y Sigarev, fueron deteniendo a todo el clan. Sus respectivas esposas, sus guardaespaldas, los testaferros, también algunos empleados de los casinos de juego de Terekhov que por esas fechas se encontraban en Marbella, rindiéndole cuentas al jefe.
Del registro de las casas -lujosas villas en las mejores zonas de Marbella- fueron saliendo más pruebas de las actividades del grupo. Y también de la creciente desconfianza que empezaba a surgir entre el mafioso y el ex banquero.
En la casa de Terekhov, la villa número 7 de la lujosa urbanización Villa Marina Properties, los agentes encontraron numerosa documentación sobre el Novbisnessbank, la entidad presuntamente saqueada por Sigarev. ¿El por qué? La policía sospecha que Terekhov empezaba a cansarse de ser el invitado al yate Joselle, propiedad de Sigarev. A lo mejor estaba planeando un cambio de dueño.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.