Los profesionales consideran que el precio del suelo está en una fase "irreal de especulación"
VIENE DE LA PÁGINA 1 Las causas de la subida desorbitada de precios en el sector inmobiliario en Bilbao habría que buscarla, según señaló ayer Luis de Prado, en tres factores que han confluido en el tiempo: las expectativas que se barajan para la construcción en la zona de Abandoibarra, que "ha dado lugar a un movimiento simpático" que ha hecho ascender el resto de los precios; el "fenómeno euro", que ha provocado la salida urgente de dinero negro, y una situación económica general "boyante". El vicepresidente del CEPI y presidente del Colegio vizcaíno de Administradores de Fincas señaló que estos precios son "desmesurados". Para ilustrar esta afirmación indicó que el coste de construcción de una vivienda de 80 metros cuadrados en Bilbao es de 18 millones ("sin incluir beneficios industriales ni valores especulativos"), pero los precios de los pisos ascienden en zonas como Basurto hasta los 30 millones y se disparan en Abandoibarra donde se está fijando en un millón el precio del metro construido. De Prado considera que "esto no es buena noticia" y opina que el sector inmobiliario está "en una fase irreal de especulación". Aunque en Álava y Guipúzcoa el coste del suelo es inferior, los precios de las viviendas construidas llegan a superar en Vitoria y San Sebastián a los de Vizcaya. Sin embargo, su suelo industrial es netamente más barato. Luis de Prado afirmó que los precios a que se está llegando en el País Vasco "están descompensados" respecto a realidad social existente. "La sociedad no se puede permitir estos precios. Estamos hablando de más de 30 y 40 millones para una vivienda de tipo medio, cosa que la gente no se puede permitir. La vivienda se escapa de la capacidad adquisitiva media", aseguró. En este sentido, planteó que la solución para paliar esta situación se encuentra en manos "del Gobierno vasco, las diputaciones y los ayuntamientos". Para el vicepresidente del CEPI, en Euskadi se ha construido "hacia arriba", lo que da "una sensación de apelotonamiento". También afirmó que a los ayuntamientos "les cuesta mucho liberalizar el suelo" para construir vivienda. El informe del CEPI destaca también que el valor del terreno industrial en Vizcaya es el más caro de Europa, 26.000 pesetas por metro cuadrado, superando al de Irlanda que se sitúa en 24.000. En cuanto a la propiedad industrial ya construida, el país más caro es Finlandia, con 183.018 pesetas por metro cuadrado. En este apartado, Bilbao, con 130.000 pesetas por metro cuadrado, supera a la media española (128.944). Alquileres En las viviendas usadas de clase media (con una superficie de 150 metros cuadrados), el informe señala que el metro cuadrado alcanza en Bilbao las 275.000 pesetas. Este precio es más barato que en Madrid, 291.165 pesetas el metro cuadrado, pero más caro que en Bruselas que se sitúa en el nivel más bajo de Europa, 199.656 pesetas el metro cuadrado. En Vizcaya el metro cuadrado de una vivienda de las mismas características se eleva a 210.000 pesetas, superando la media española que ronda las 166.000 pesetas por metro cuadrado. En cuanto al alquiler, Londres es la ciudad más cara, ya que el arrendamiento de una vivienda de tres habitaciones cuesta una media de 5.823 pesetas el metro cuadrado. La más barata es Viena, con 1.247 pesetas. En Bilbao, el alquiler medio es de 1.030 pesetas por metro, muy por debajo de las 1.996 de Madrid. En los locales comerciales, su alquiler en Bilbao tiene unos precios similares a Madrid, aunque durante 1998 las rentas de los locales comerciales de Vizcaya subieron un 15%, frente a la media española del 2%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.