Cena en Llavaneres
"En TV-3, el castellano no debería estar prohibido, como prácticamente lo está ahora". Con esta respuesta, el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, resumió uno de los asuntos más calientes de los tratados el pasado jueves por la noche en la residencia de Antoni Negre, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, en Llavaneres (Maresme). Maragall compartió la velada con 40 empresarios y financieros entre los que se encontraban el director general de La Caixa, Isidre Fainé, y varios miembros del pleno de la cámara: Josep Cercós (Winterthur), Enric Crous (Damm), Lluís Bassat (Ogilvy), Ramon Mas, Albert Costafreda (Panrico), Jordi Clos (Claris) y Pedro Balañá, entre otros. Además de industriales asistieron también profesionales, como el notario barcelonés José Luís López Burbiol. Los comensales invitados por Antoni Negre acudieron a la cita a título personal. La cena empezó pasadas las diez de la noche y se prolongó hasta la una de la madrugada. Sobre la política lingüística, el candidato socialista argumentó que Cataluña debería tener una televisión pública que refleje mejor la vida cotidiana de los ciudadanos y en la que no se hable sólo en catalán. Entre los asistentes se encontraban representantes de los sectores alimentario y del ocio, actividades afectadas por la ley del catalán de la Generalitat, que en su momento fue ampliamente contestada por los operadores económicos al considerarla un obstáculo a la eficiencia. Maragall puso especial énfasis al explicar su propuesta de federalismo fiscal. Los socialistas basan su proyecto para la financiación autonómica en tres recetas: tendencia a igualar la financiación de las autonomías de régimen común, como Cataluña, con las de regimen foral (País Vasco y Navarra); descentralización del gasto público de modo que la Administración central suponga el 40% del total, mientras que las comunidades autónomas y los municipios dispongan cada una del 30%; y, finalmente, igualar la inversión pública per cápita en todas las áreas metropolitanas de España que tengan, por lo menos, un millón de habitantes. Estas tres propuestas desembocan en una cuarta, que es la resultante: "La disminución del déficit fiscal catalán y la tendencia al equilibrio en las cuentas de la Generalitat". Maragall está convencido del importante papel de las pymes en la estructura del comercio. Se refirió a la fusión entre Carrefour y Pryca señalando que la Generalitat, a pesar de su aliento intervencionista, no ha sido capaz de influir en una operación de dudosos resultados para la competencia.
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