El Cid, un torero hecho y derecho
El Cid no es un guerrero, sino un torero hecho y derecho; y no es un batallador, sino un artista que dijo ayer en la Maestranza que está llamado por el buen camino de las figuras de la torería. No es un chaval, pues ha cumplido ya los 25, ni es nuevo en los ruedos porque se presentó con caballos en el año 94, pero tiene cualidades y deseos de triunfo suficientes para ocupar un puesto destacado en esta profesión. El Cid está preparado para tomar la alternativa. El problema, con toda seguridad, es que nadie le ha dado todavía una fecha porque carece de apoderado influyente. Por eso volvió a Sevilla, a la búsqueda de un aldabonazo que le abriera las puertas que el negocio del toro le mantiene cerradas. Y a fe que llamó con fuerza, pero la mala suerte en su primero, un inválido moribundo, y dos pinchazos en el cuarto le impidieron alcanzar el triunfo de clamor que venía dispuesto a conseguir. Todo quedó en una vuelta al ruedo, pero con la fuerza de un premio valerosamente gestado. El novillo era noble y su recorrido largo, pero precisamente esos toros necesitan toreros expertos, con sentido del temple y la distancia. El Cid demostró que maneja la muleta con seguridad, elegancia y con preciso sentido de la colocación. También deleitó con un profundo y lento toreo a la verónica. Gómez es más joven, pero no se dejó ganar la pelea en cuanto a valor y decisión. Dio otra vuelta al ruedo después de una faena vibrante y apasionada. El más complicado del encierro salió en último lugar y el novillero sólo pudo estar valeroso. Rafael Torres es un torero inexperto e inseguro que no ha aquilatado aún los conocimientos suficientes para salir airoso de un compromiso en esta plaza.
Villarmarta / Cid, Torres, Gómez
Novillos de Villamarta, bien presentados, astifinos, blandos y dificultosos; 4º, noble. El Cid: estocada (silencio); dos pinchazos y estocada (vuelta). Rafael Torres: estocada baja (palmas); dos pinchazos, estocada -aviso- y dobla (silencio). Álvaro Gómez: estocada (vuelta); dos pinchazos -aviso-, pinchazo y tres descabellos (silencio).Plaza de la Maestranza, 5 de septiembre. Menos de media entrada.
Babelia
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