Olot acoge una exposición antológica de la arquitectura de Aranda-Pigem y Vilalta

La muestra antológica Exfoliacions, dedicada a la arquitectura de Ramón Vilalta, Carme Pigem y Rafael Aranda, puede verse en el Museo Comarcal de la Garrotxa hasta el 3 de octubre y constituye una de las propuestas más relevantes del programa de exposiciones previsto para las fiestas de Olot. Los proyectistas Ramón Vilalta (Vic, 1960), Carme Pigem (Olot, 1962) y Rafael Aranda (Olot, 1961) saltaron a la palestra arquitectónica cuando, en 1988, ganaron el primer premio en el concurso para diseñar el faro de Punta Aldea (Gran Canaria), convocado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. La imagen enigmática de su faro horizontal llenó las páginas de revistas especializadas y llegó hasta Japón, donde los arquitectos inauguraron, el pasado año, una muestra sobre sus trabajos. Desde que los proyectistas tuvieron la idea de tumbar un faro hasta hoy han pasado 10 años. Durante esta década cuestiones ya apuntadas en los primeros proyectos, como la reinvención de las tipologías, el cuidado artesanal de acabados y materiales, el tratamiento escultórico de los volúmenes o el hermetismo de las construcciones han tomado cuerpo y han evolucionado enfatizándose. Obras tan destacadas como las recién finalizadas Facultad de Derecho de la Universidad de Girona, el Instituto de Enseñanza Secundaria en Sant Feliu de Guíxols, el Centro Cívico de Riudaura o el Pabellón de Baño, en el parque Tussols-Basil de Olot, confirman la firmeza de la trayectoria de unos arquitectos que se iniciaron en esta disciplina con una manera de entender la arquitectura rayana con la escultura. La idea de que la arquitectura está tanto en los volúmenes como en los detalles no es nueva. Muchos proyectistas modernos equiparon sus edificios atendiendo a todas las necesidades que se les ocurría prever para los futuros usuarios. Es sabido que Mies van der Rohe envió un picaporte de metal y un cenicero de travertino, de líneas contenidas y aspecto rígido, para asegurarse de que aquel tipo de arquitectura era la que el cliente deseaba para su edificio de oficinas. El detalle de una chimenea, un picaporte o una entrega y el lavamanos Pla, galardonado con un Delta de Plata en la última edición de los Premios de Diseño Industrial son algunos de los indicadores de la minuciosa y esmerada manera de entender el diseño de estos jóvenes arquitectos gerundenses. Las escultóricas maquetas de sus trabajos, muchas de las cuales pueden verse en la muestra de Olot, o la comprobación de las escasas alteraciones que sufren sus proyectos al pasar de maqueta a escala real son también pruebas de una previsora, lenta y detallista manera de trabajar. La ausencia de cambios entre los planos y la construcción es algo atípico en arquitectura y, en este caso, tal vez resulte achacable al cuidado de orfebres que los arquitectos depositan en sus trabajos, a la relativa pequeña escala de los mismos y al hecho de que Aranda-Pigem y Vilalta se formaron diseñando casas y pabellones: proyectos pequeños encargados por clientes exigentes.