Una aseguradora condenada por revelar datos médicos confidenciales de un cliente Seguros Bilbao deberá pagarle un millón por el daño moral causado
La compañía Seguros Bilbao ha sido condenada a indemnizar con un millón de pesetas a un cliente por haber revelado sus datos médicos confidenciales. La divulgación ocasionó daños morales al asegurado y una recaída de la grave enfermedad que padece, según la sentencia dictada por el juzgado de primera instancia e instrucción número 4 de Getxo. Ésta es la primera vez que un tribunal de justicia español reconoce como delito la divulgación de datos médicos por parte de una compañía de seguros.
La empresa donde trabaja el demandante contrató un seguro de vida colectivo para sus empleados. En un principio, aquel, que prefiere mantener en secreto su identidad, fue excluido del mismo debido a su enfermedad. Pero, posteriormente, la compañía aseguradora aceptó su inclusión. Más tarde, le solicitó mediante un fax remitido a su lugar de trabajo que ampliara información sobre la enfermedad que padecía, según recoge la sentencia. El fallo invoca la ley de protección del honor, intimidad personal y familiar y de la propia imagen para establecer que la divulgación de sus datos médicos confidenciales ocasionó daños morales al denunciante. El afectado sintió su intimidad perturbada ante la llegada del fax en cuestión, ya que en su oficina se desconocía el alcance de su dolencia. Entonces, hizo una reclamación a la entidad aseguradora, que rechazó su responsabilidad "produciéndose una alteración en el estado de salud, que empeora, sufriendo una recaída de su dolencia, obligándole a estar dos meses de baja". Rebaja de autoestima El fallo judicial reconoce que el hecho de que la enfermedad fuera públicamente divulgada provocó en el demandante una rebaja de su autoestima con "cuadros de ansiedad, un alto estrés emocional, agotamiento mental, pérdida de confianza, viéndose mermada su capacidad profesional". El dictamen judicial señala la responsabilidad de Seguros Bilbao ya que el envío del fax contenía la identidad y los datos de la enfermedad del denunciante. Asimismo, el escrito no iba dirigido a nadie, sino que en el encabezamiento contenía la expresión "muy señores nuestros". También incide en que la aseguradora llegó a reconocer que había habido "cierta indiscreción" en una carta envíada al asegurado. Por la grave vulneración de la intimidad, es por lo que el juez condena a la compañía a pagar un millón de pesetas "por los daños morales ocasionados".
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