Obras Públicas y Cultura han invertido 8.400 millones en 32 rehabilitaciones de teatros La Junta estudia ampliar su programa de remodelación de escenarios con seis proyectos más

El programa de rehabilitación de teatros públicos andaluces ya ha cumplido más de una década. Los arquitectos de la Consejería de Obras Públicas y los técnicos de Cultura han participado en la remodelación de 32 edificios durante este tiempo y en todas las provincias. Los teatros en los que ha intervenido el Gobierno andaluz son de titularidad municipal y se construyeron, en su mayor parte, entre el final del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Al programa, en el que la Junta ha invertido 8.400 millones y los ayuntamientos implicados, 3.600, se sumarán ahora seis teatros más.

El programa de rehabilitación de teatros está ya casi concluido. De los 32 edificios en los que se había proyectado actuar, tan sólo están en obras el teatro Garnelo, de Montilla (Córdoba), y el teatro Oriente, de Morón de la Frontera (Sevilla). Además, hay otras actuaciones previstas, aún en estudio, en Jaén, Huelva y Cádiz. Queda pendiente la rehabilitación del teatro Cerezo en Carmona (Sevilla): "Ha sido una lástima, pero no hemos conseguido resolver el problema de la titularidad del edificio", explica José María Verdú, viceconsejero de Obras Públicas. La titularidad pública de los edificios fue la primera condición que la Junta impuso para incorporar las peticiones de los Ayuntamientos al programa de rehabilitación. Los teatros reformados han sido en su mayor parte de propiedad municipal. Los arquitectos de Obras Públicas, por ejemplo, ya advirtieron el valor urbanístico del teatro Denga, de Baza, en una primera fase de evaluación, pero no pudieron incluirlo en el programa al fracasar los intentos del Ayuntamiento granadino por adquirirlo. Recientemente, el Consistorio consiguió su propósito, por lo que Obras Públicas analiza ahora "una fórmula adecuada" para ampliar un programa que ya estaba cerrado. Fuera de plazo El caso del teatro Denga no es exclusivo. La Dirección General de Arquitectura se ha comprometido a estudiar la inclusión fuera de plazo de otras cinco peticiones municipales: el Ideal-Cinema, de Úbeda (Jaén), el Torcal, de Antequera (Málaga), el Español, de Aguilar de la Frontera (Córdoba), y los restos del antiguo convento de Santo Domingo de Huescas (Granada). "La reutilización de antiguas iglesias como salas de espectáculos no es complicada porque algunas de sus condiciones técnicas, como la acústica, suelen ser buenas", aclara Verdú. En estos edificios (como el teatro del Carmen, en Vélez Málaga), eso sí, los aforos suelen ser muy reducidos. Las rehabilitaciones públicas de teatros andaluces nacen de las primeras obras coordinadas entre el Gobierno central y la Junta, a mediados de los años ochenta. De aquel momento es la recuperación del Gran Teatro, a iniciativa del Ayuntamiento de Córdoba. Luego, el Gobierno autonómico se hizo cargo de las actuaciones, conformando el programa actual. En éste, Obras Públicas, se dedica al diseño arquitectónico, Cultura realiza la renovación del equipamiento teatral, y los ayuntamientos licitan y hacen el seguimiento de las obras. Si las actuaciones que aún restan se completan, la inversión total alcanzará los 13.000 millones de pesetas. Las rehabilitaciones más costosas han sido las del Villamarta, de Jerez (1.210 millones) y el Isabel la Católica, de Granada (702 millones); estas actuaciones también han alcanzado a otros grandes teatros, como el Falla de Cádiz, el Cervantes de Málaga o el Lope de Vega de Sevilla. "Casi siempre, lo más difícil ha sido adecuar los edificios a las nuevas necesidades técnicas en escena", indica el viceconsejero de Obras Públicas. "Lo más complicado ha sido la rehabilitación del teatro de las Cortes de San Fernando", asevera Verdú, que tampoco tiene dudas en señalar esta obra como la más simbólica del programa. "Es el único teatro del siglo XVIII que hemos reformado", recuerda el viceconsejero, quien resalta del antiguo Coliseo de Comedias (inaugurado en 1771) el "valor histórico casi incalculable" de los elementos de tramoya que se han conservado. La rehabilitación de la que fue sede de las Cortes Constituyentes entre 1810 y 1812 ha respetado su característica línea interior rectangular. "Su estructura es anterior a la de los teatros que conocemos, con el aforo en forma de herradura a la italiana", explica Verdú. Ante la imposibilidad de ampliar el edificio, los arquitectos tuvieron que diseñar un doble sótano bajo la sala para dar cabida a vestuarios y almacenes, y apoyaron un nuevo peine en muros de hormigón para permitir el uso de tramoya más compleja. Hacer compatibles nuevos usos escénicos con edificios proyectados, en ocasiones, hace un siglo, no ha sido la única dificultad con la que se han encontrado los arquitectos. "En el teatro de Baena tuvieron que echarle mucho ingenio", relata Verdú. El Liceo llevaba años siendo mercado y además "había diferencia de cotas", es decir, estaba en pendiente. El viceconsejero descarta que tanta platea rehabilitada se quede ahora vacía: "Los arquitectos pensaron los proyectos para que las salas tuviesen la mayor diversidad de usos y hay municipios con una vida cultural muy intensa".