Indonesia acepta la idea de una fuerza de paz en Timor mientras los periodistas dejan la isla
Indonesia pareció ayer ceder a la intensa presión internacional que le exige que evite por todos los medios el caos en Timor Oriental y sugirió que podría autorizar la presencia de una fuerza de Naciones Unidas en el traumatizado territorio, donde las milicias prointegracionistas han impuesto un régimen de terror y miles de personas están pendientes de la llegada de algún barco para huir. Las amenazas a la prensa, en particular la internacional, a la que los integracionistas consideran cómplice de los independentistas, han forzado a muchos informadores a dejar el territorio. Decenas de periodistas indonesios salieron ayer y hoy lo harán enviados especiales occidentales en un avión fletado por la BBC.
Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas, ha pedido que "las fuerzas de seguridad indonesias detengan a todos los responsables de la violencia" en el territorio y "tomen medidas inmediatas para que no se vuelvan a producir disturbios", como el del cerco a la Misión de la ONU en Dili.Annan pretende de Yakarta la adopción de "medidas firmes para controlar a los grupos armados" y que "no abdique de sus responsabilidades" a la hora de proteger a todos los funcionarios de Naciones Unidas, tanto internacionales como locales. Este llamamiento pereció caer en oídos sordos. La ONU confirmó en Nueva York las noticias llegadas anoche de Maliana, a unos 150 kilómetros al suroeste de Dili, que daban cuenta del asesinato de dos voluntarios que trabajaron para el organismo internacional en el referéndum del lunes. Con estas dos muertes, son ya tres los contratados de la ONU asesinados desde el lunes.
El ministro de Defensa indonesio y jefe de las Fuerzas Armadas, el general Wiranto, mantiene, en contra de lo que prueban los hechos, que "las fuerzas de seguridad han tratado de controlar y neutralizar la violencia en Timor". En un aparente gesto hacia Naciones Unidas, un portavoz castrense, el general Sudrajat, señaló que Indonesia está dispuesta a aceptar la participación de una fuerza multinacional de paz para garantizar la seguridad en el territorio durante este período de transición. "Si estalla una guerra civil, la peor de las posibilidades consideradas, será muy difícil mantener el control en un Timor independiente de Indonesia", dijo Sudrajat. "Las fuerzas de seguridad ayudarán en la evacuación del territorio".
En el caso de que el resultado del referéndum rechace el plan de autonomía especial para Timor Oriental, como la altísima participación del 99% permite vaticinar, "los militares indonesios tendremos durante algún tiempo la responsabilidad sobre el territorio, pero no podremos mantenerla solos; solicitaremos en ese caso una fuerza multinacional de paz".
El ministro de Justicia, Muladi, un liberal, abundó en esta posibilidad: "Hasta ahora no hemos discutido en profundidad este asunto [de una fuerza de pacificación de la ONU]. Pero dado cómo se están desarrollando los acontecimeintos, es una alternativa que habrá que considerar".
Hace unos días, un responsable militar de los que comparten el punto de vista de las milicias integracionistas, manifestó que la llegada de fuerzas armadas de la ONU sería considerada como un casus belli. Un nuevo comunicado del Frente Unido para la Autonomía de Timor Oriental, firmado por su portavoz, Basilio Dias Araujo, reiteró nuevamente las acusaciones contra Naciones Unidas de que ha apoyado la campaña independentista y de que ha participado en "una conjura internacional" para bloquear la opción integracionista en Indonesia.
Muladi adelantó ayer que espera que la cuarta parte de los 850.000 habitantes de Timor Oriental abandonen el territorio en caso de victoria de los independentistas. Diversos enviados especiales saldrán hoy la capital de la antigua colonia portuguesa, tras valorar la falta de seguridad en el territorio, las dificultades logísticas y el previsible estallido de la violencia para los próximos días, según afirmó uno de los periodistas de la BBC que, con sus corresponsales en Hong Kong, Bangkok y Yakarta, ha fletado un avión que hoy saldrá de Dili con otras 70 personas a bordo. Ayer por la mañana, dos aviones militares que trasladaron a la capital timorense un contingente de policías antidisturbios, evacuaron hacia Yakarta a un grupo de periodistas indonesios.
Prensa en el punto de mira
Los enviados especiales no indonesios sufren amenazas constantes de las milicias que les acusan de ser partidarios de los independentistas. La mayoría de los reporteros que se alojaban en los hoteles Dili y Turismo abandonaron ayer sus habitaciones ante los acosos nocturnos de los grupos paramilitares y se refugiaron en el Mahkota. Durante la noche del pasado miércoles, tras el cerco a la Misión de Naciones Unidas, algunos periodistas no pudieron regresar a sus hoteles o habitaciones alquiladas por la ciudad y compartieron cuarto con otros colegas en el Mahkota. En las habitaciones llegaron a dormir hasta cuatro personas con colchonetas en el suelo.
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