Las enciclopedias virtuales empiezan a sustituir a las de papel

Enciclopedias y libros de referencia podrían desaparecer en formato papel. Estados Unidos vende más enciclopedias en CD-ROM que en papel impreso, pero en España los libros de consulta electrónicos aún no se han adueñado del mercado: un 28% de la producción editorial en ese mercado, que tiene una facturación anual de 40.000 millones de pesetas, se hace de manera electrónica, según la Federación de Gremios de Editores.

Antonio María Ávila, director ejecutivo de la citada federación, no tiene dudas: "El libro electrónico se impondrá en el área de las enciclopedias y libros de consulta". Las cifras de edición electrónica aumentaron en 1998 un 2% más que el año anterior, y la tendencia es al alza. Sin embargo, en España ninguna editorial ha tomado una decisión tan tajante como la adoptada por los autores de la Enciclopedia Británica, una de las obras de consulta más solicitadas del mundo con más de 150.000 ejemplares vendidos al año en Europa, que han renunciado a su edición en papel en favor de la versión electrónica.Y es que los hábitos de lectura están cambiando aceleradamente. Enciclopedias, guías y juegos copan las ofertas electrónicas de las editoriales para el curso que ahora se inicia. Juan Ignacio Alonso, director editoral de obras de referencia de la editorial Espasa, reconoce que sus páginas web de Internet reciben cada día más navegantes. El futuro en su área, en opinión de Alonso, será digital, pero la incógnita en este momento pasa por averiguar cómo se articulará el libro virtual.

Los nuevos productos editoriales de consulta de Espasa se editan ya en formato doble. No es el caso todavía de la Enciclopedia Espasa, de 115 tomos y 166.750 páginas, cuya digitalización está aplazada hasta encontrar el formato adecuado. "El formato lógico sería on line, y el usuario accedería al mercado por cable telefónico o por fibra óptica, pero eso todavía parece lejano", dice Alonso.

La piratería

De momento, enciclopedias más resumidas y libros de consulta se editan en CD-ROM y en DVD (discos de vídeo digital), pero los dos sistemas plantean el grave problema de la piratería, que parece haberse adueñado de un 60% del mercado. Pedro Tejerina, director de Difusora Internacional, distribuidores de la Enciclopedia Británica en España, se muestra tajante al respecto de la situación creada en el sector por los piratas de compactos: "La ley del consumidor que permite devolver un producto debe ser modificada puesto que está favoreciendo la promoción de productos ilegales", protesta Tejerina. "Cualquiera con un duplicador puede sacar cuantas copias quiera saltándose todos los mecanismos de seguridad". La edición electrónica de la Enciclopedia Británica se vende a un precio cercano a las 25.000 pesetas -los 32 volúmenes de 1.000 páginas, cada uno en papel, superan las 200.000 pesetas-, pero en el mercado negro se pueden conseguir copias por 800 o 1.000 pesetas, según los datos de Tejerina. La permisividad a efectos legales ha obligado a Difusora Internacional ha negarse a distribuir la británica en versión electrónica en España.

Otro de los inconvenientes a los que se enfrentan los editores españoles es que las nuevas tecnologías no han igualado la calidad de las enciclopedias tradicionales. "Una buena parte del espacio físico del CD-ROM lo ocupan elementos multimedia, y eso va en contra del texto", asegura el director editorial de Espasa. "Una enciclopedia que parece fantástica, con mucha animación, mucho vídeo y mucha música, acaba convertida en fuegos de artificio".

Como ventaja, los editores de estos productos, que se expenden por venta directa o a través de Internet, reconocen que su uso es completamente familiar, y, dentro de esa célula, los principales usuarios son los jóvenes poseedores de una formación más visual que literaria.