Pujol pidió ser invitado a la jornada "castellera" de Vilafranca
VIENE DE LA PÁGINA 1 Los Minyons de Terrassa probaron el quatre de nou amb el pilar por primera vez en su historia, pero el castell se vino abajo instantes después de coronar la estructura del quatre. La plaza estaba repleta, aunque sin los apretujones de años precedentes, informa Pere Lobato. El alcalde, el socialista Joan Aguado, había decidido que no se ondeara otra bandera que la catalana, y compartió atalaya con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, cuya presencia fue recibida con pitos y aplausos. El Ayuntamiento invita cada año a dos invitados de honor. Pujol era este año el tercero, a petición propia. Los invitados eran el alcalde de Vilanova, el socialista Sixte Moral, y el de El Vendrell, el convergente Benet Jané. Pero el viernes pasado, el presidente comunicó que quería estar para "celebrar" que el 30 de agosto de 1959 asistió por primera vez a la jornada castellera de Vilafranca. El consistorio aceptó, aunque algunos miembros reconocen que hubiesen preferido que la petición se hubiera hecho con antelación. Ya en la fiesta, Pujol declaró que le gusta "estar siempre en contacto con la gente", que los castells han mejorado mucho desde que él estuvo hace 40 años y que "entre todos hemos conseguido tirar el país hacia adelante". Los Castellers de Vilafranca abrieron plaza con una soberbia torre de nou amb folre i manilles demostrando que le tienen cogida la medida. Acto seguido la Colla Jove dels Xiquets de Valls aseguró la primera ronda ejecutando a la perfección el tres de nou folrat. Los Minyons, después de comprobar que el quatre de nou amb el pilar deberá esperar otra ocasión, decidió no arriesgar más y completó consecutivamente el tres de nou amb folre, el quatre de nou amb folre y el cinc de vuit, además de un esbelto pilar de set. La Colla Jove se atrevió en la segunda ronda con el cinc de nou amb folre y la cosa no pasó del intento. Luego aseguró la actuación descargando el quatre de nou amb folre y el cinc de vuit y tuvo que conformarse cargando el pilar de set. La Colla Vella demostró su tesón y, pese a sufrir diversas caídas, no se rindió. Descargó un trabajadísimo quatre de nou amb folre y un quatre de vuit amb el pilar. También se atrevió con el cinc de nou amb folre y la duda se apoderó de la plaza. El pequeño anxeneta no llegó a dibujar la segunda aleta y para colmo el castell se rompió justo cuando el anxeneta pasaba por el segundo aixecador. Polémica servida: los de la Vella lo dieron por cargado, la plaza no.
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