Los tres últimos astronautas de la 'Mir' abandonan esta noche la estación espacial
El regreso a la Tierra de Avdéyev, Afanásiev y Haignière cierra una época de la astronáutica
Una época en la historia de la astronáutica se cierra esta noche a las 23.14 (hora peninsular española): después de 13 años y medio de funcionamiento, los tres últimos astronautas de la estación orbital Mir volverán a la Tierra. La estación quedará vacía, sentenciada a muerte, pero con una prórroga de unos seis meses en la ejecución del veredicto y con una ínfima esperanza de indulto. Para que la Mir no sea hundida en el Pacífico, Rusia necesita financiación, y hasta ahora han fracasado todos los intentos de encontrar patrocinadores dispuestos a dar los 30.000 millones de pesetas que cuesta la Mir al año.
Los astronautas rusos Serguéi Avdéyev y Víktor Afanásiev, junto con su colega francés Jean-Pierre Haignière, se dedicaron ayer a reemplazar los bloques de los diversos sistemas de a bordo que estaban a punto de agotar sus recursos. Una vez deshabitada, en la Mir sólo funcionarán los sistemas de regulación térmica, eléctrico y de orientación de los paneles solares. Quedarán completamente desconectados los sistemas de a bordo del módulo Priroda y el compartimento de acoplamiento. Priroda es uno de los cinco módulos que a lo largo de los años se han acoplado al bloque base de la Mir.En el momento de ser puesta en órbita el 20 de febrero de 1986, la Mir consistía en un cilindro de 15 metros de largo, un diámetro máximo de 4,2 metros y un peso de cerca de 20 toneladas. Los módulos que se fueron añadiendo, aunque para fines distintos, son más o menos iguales: tienen el mismo peso que el bloque base y entre 12 y 15 metros de largo. Priroda es el último módulo que se unió a la Mir hace tres años y el único que carece de paneles solares. Está dedicado, sobre todo, a la observación de la Tierra. Además, allí había equipos estadounidenses para investigaciones médicas.
Hoy, los astronautas se levantarán a las once de la mañana, hora peninsular española, y después del desayuno de despedida pondrán en régimen de conservación tanto el bloque base como el Kvant. Este último fue el primero en ser acoplado a la Mir, en abril de 1987, y tiene un complejo de telescopios de rayos X y ultravioleta, así como equipos para realizar experimentos de materiales en condiciones de microgravedad, sistemas de servicio de la estación y un nudo de acoplamiento con la nave de reserva. Es el único que difiere por sus parámetros de los otros módulos: mide casi 8 metros de largo y pesa 14 toneladas. Últimamente, era la casa de los astronautas, donde vivían y trabajaban.
Un vez que hayan puesto en régimen de conservación el bloque base y el Kvant, Avdéyev, Afanásiev y Haignière apagarán los sistemas de purificación del aire y de regeneración del agua y pasarán a la nave Soyuz TM-29. A las 20.17 cerrarán las escotillas de trasbordo, y a las 23.14 se separarán de la Mir. El viaje de regreso a la Tierra durará poco más de tres horas: se espera que la Soyuz aterrice en la zona de Arkalik, en Kazajistán, a las 2.35 de la madrugada.
120 toneladas
Con los cinco módulos (incluidos los Kvant 2, Kristal y Spektr), la Mir forma una mole de unas 120 toneladas de peso (en la Tierra), que será mantenida en su órbita desde el Centro de Control de Vuelos Espaciales, en los alrededores de Moscú. Si se quisiera enviar a otra tripulación por haber encontrado financiación o por una situación de emergencia para evitar la caída descontrolada de la Mir, queda un puerto al que se puede acoplar una nave.El programa Mir, lleno de éxitos y récords de la astronáutica, primero soviética, y luego, rusa, también ha estado salpicado de problemas, sobre todo en los últimos años, cuando, además, se han conocido los fallos y las alarmas rápida y detalladamente.
El incidente más desagradable y el accidente más peligroso de la Mir se produjeron con un intervalo de siete meses y medio. El primero lo tuvieron que vivir Valeri Korzun y Alexandr Karelin, junto con su colega de la NASA John Blaha, cuando en noviembre de 1996 se estropeó el retrete espacial, es decir, el aparato de reciclamiento de los residuos orgánicos, que extrae el líquido de éstos reduciendo su volumen.
La situación de emergencia que se produjo se debió a que los contenedores donde se guardan los excrementos estaban ya todos repletos. Los salvó de la asfixia la nave Progress M-33, que llevó los equipos que permitieron arreglar el desperfecto.
El segundo incidente, que casi costó la vida a los astronautas (los rusos Vasili Tsiblíyev y Alexandr Lazutkin, junto con el estadounidense Michael Foale) y a la misma estación orbital, se produjo el 25 de junio de 1997. Fue el primer accidente de tráfico en el espacio: una nave de carga, Progress M-34, que estaba siendo reacoplada manualmente, chocó contra el Spektr causándole unos pequeños agujeros que lo deshermetizaron. Los astronautas lograron clausurar el módulo antes de que se produjera la despresurización de toda la Mir.
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