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Los escritores estadounidenses de origen vasco son pocos y desconocidos

El País

Robert Laxalt fue el primero en reivindicar la figura del emigrante vasco a Estados Unidos a través de la literatura. Corría el 1957 cuando publicó Dulce tierra prometida. A partir de entonces otros estadounidenses de origen vasco siguieron su ejemplo e incluso autores anglosajones recrearon la presencia de los vascos en tierras norteamericanas. Lo cierto es que hoy son pocos y desconocidos fuera de la comunidad vasca en EEUU. Éstas son algunas de las reflexiones que ayer hizo el profesor David Río Raigadas en el curso de verano de la UPV Vascos, chicanos y nativos en la literatura de los Estados Unidos. Río, profesor de la Facultad de Filología e Historia de la Universidad del País Vasco (UPV), destacó que la mera existencia de ese puñado de obras es por sí importante. Y admitió: "Estamos hablando de un grupo muy reducido de escritores". Junto a Laxalt -autor de 14 obras- destacan su hija Monique y Frank Bergon, que ha elegidos protagonistas vasco-estadounidenses en tres de sus novelas. La producción de estos estadounidenses de origen vasco tiene además una difusión muy limitada. El profesor Río explicó que básicamente se distribuyen en la costa oeste de EEUU, donde mayor es la presencia vasca. En cambio tanto en la costa este de aquel país como en Euskadi la circulación de estas obras es nula. Río reveló que ni siquiera los libros de Laxalt, que en 1986 recibió el Tambor de Oro de San Sebastián, están traducidas al español o al euskera. El grueso de las obras de estos escritores tampoco destaca por su calidad. El profesor señaló que "no se pueden calificar como de alto nivel literario" tras recalcar que los escritos de Laxalt y de Bergon son "importantes" pero "desde el punto de vista socio-cultural". Otro de los aspectos subrayados por Río es que estos libros se limitan casi siempre a retratar "el arquetipo del pastor vasco", sin prestar atención a los vascos urbanos.

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