Dificultades para salir
Las colas a las puertas de los consulados españoles en Marruecos son una mala tarjeta de presentación. Lo habitual es que 70 u 80 personas se agolpen a las puertas del consulado de la avenida de Chellah, en Rabat. Pero hay fechas en que la longitud de las colas es tal que muchas personas esperan toda la noche para asegurarse llegar a la ventanilla antes de que cierre. Algunos incluso venden su puesto en la fila por 150 y hasta 300 dirhams en temporada alta (de 2.500 a 5.000 pesetas). "La demanda de visados se ha incrementado espectacularmente y los consulados no han sido dotados con recursos humanos en la misma medida", se disculpan en medios diplomáticos. Sólo en 1998, se presentaron más de 100.000 solicitudes, de las que se concedieron unas 75.000. Desde que hace dos años se empezaron a cobrar los visados (385 dirhams, unas 6.500 pesetas por uno turístico de tres meses), las arcas del Estado han ingresado cerca de 500 millones de pesetas anuales. "Podrían dedicar una parte a mejorar los servicios de los seis consulados", se queja uno de los afectados.
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