¿Saben a qué vienen?
El periplo festivo de la infinidad de turistas, mochila en ristre, que se acercan estos días hasta San Sebastián tiene un punto de partida indiscutible: las oficinas del Centro de Atracción y Turismo. No dan abasto. La aglomeración de visitantes en busca de un programa que les guíe es tal que, ni cortos ni perezosos, improvisan su pequeña acampada, allí, junto al Teatro Victoria Eugenia, en espera de que alguien les indique de qué van estas fiestas. Si se integran o no, eso depende de ellos. Lo cierto es que San Sebastián está que revienta. No hay ni una sola plaza hotelera. La ciudad recibe a miles de visitantes que llegan con ganas de pasarlo bien y exprimir al máximo sus días de vacaciones. Las calles, desbordantes de animación y de música, invitan a ello y las quejas de los responsables del sector hotelero no se oyen estos días. El presidente de la Asociación Empresarial de Hoteles (Aspagi), a la sazón director del Hotel Codina, Fermín Bernaus, lo tiene muy claro: "La mayoría de los que vienen a la ciudad por estas fechas ya saben de antemano en qué consiste la Semana Grande. Su visita la han programado para coincidir con las fiestas, aunque siempre hay algún despistado". No es el caso de Luis y Leonor, que han venido desde Elche (Alicante) expresamente para disfrutar de la Semana Grande. "Estuve hace algunos años con una amiga", explica Leonor, "y me gustó tanto que he querido repetir". Ella hace un poco de guía de Luis, enseñándole lo que más le gustó en su anterior visita. Hace más de un mes que se preocuparon de reservar el alojamiento para poder llegar y meterse de lleno en unas fiestas de las que destacan "el buen ambiente, en general, y los fuegos artificiales". Mientras tanto, la oficina del Centro de Atracción y Turismo, en la calle Reina Regente, sigue con su habitual hervidero de gente. Todos quieren conseguir información útil para empezar a moverse por la ciudad. Allí les dan un plano en el que se destacan los puntos más interesantes. También el programa de fiestas y un tríptico con todas las posibilidades de alojamiento en la ciudad y sus cercanías, aunque este año han tenido que echar mano de plazas hoteleras de la periferia. Algunos tienen que marcharse hasta Bilbao y otros a Francia, porque en Guipuzcoa tampoco hay plazas. Y semejante saturación hotelera no se circunscribe sólo a los hoteles. Los campings, las pensiones y los hostales regitran el lleno desde hace tiempo. Inés y Marian vienen de Madrid y Barcelona, respectivamente. Ambas tenían claro que querían pasar una semana de sus vacaciones en San Sebastián. Les coincidía con las fiestas. "En el hostal al que llamamos quedaban ya muy pocas fechas libres y escogimos la semana de fiestas", explican. Mientras se sitúan, con el plano y el programa en la mano, preguntan sobre cuáles son las mejores localidades en la nueva plaza de toros de Illumbe. Quieren participar en todos los actos. "No conocemos a nadie aquí y venimos un poco a la aventura", aseguran, "así que nos estudiaremos el programa e intentaremos divertirnos todo lo que podamos participando a tope en las fiestas". No hay ni tiempo ni fuerzas para tanto acto. Aunque un eclipse de sol bien merece una atención especial. La misma que le ha prestado la organización de la Semana Grande al incluir este acontecimiento en el programa de festejos. Turistas y no turistas podrán observar desde la terraza del Ayuntamiento el fugaz ocultamiento del sol, proyectado en una pantalla, a través de los telescopios o con las gafas especiales que se repartirán. Para entonces, los turistas ya estarán informados de que el plato fuerte llega con los fuegos artificiales, que hoy corren a cargo de la Pirotecnia Peñarroja de Castellón. Probablemente también, de que éstas son unas fiestas para voyeurs.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.