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El tifón "Olga" mata a 600 personas y deja sin hogar a otros dos millones en Asia

Más de 600 muertos, casi dos millones de chinos sin vivienda y miles de hectáreas de cultivo anegadas desde el viernes pasado. El paseo del ciclón tropical Olga, con vientos de 100 kilómetros por hora de velocidad por el este de Asia, está resultando devastador. Un portavoz de Cruz Roja, Jim Robertson, pidió ayer ayuda para los damnificados, más de 66 millones sólo en China, y auguró que "lo peor" queda por venir. Las lluvias monzónicas en esta región del mundo son comunes. Pero a juicio de los habitantes, son las peores en muchos años. Las más intensas que recuerdan.

Filipinas, Tailandia, las dos Coreas y China, el último destino del tifón Olga, se encuentran desbordadas por la tromba de agua que están sufriendo. El desgobierno del cauce del río Yangtzé, además de dejar sin casa a dos millones de personas en China, ha obligado a decretar el estado de emergencia en las provincias orientales de Hubei, Hunan, Jiangsu y Anhui, y a movilizar a 140.000 policías y miles de soldados para luchar contras las inundaciones. Por temor a que las aguas del río Amarillo también se desborden, el Gobierno chino ha evacuado a decenas de miles de personas que vivían cerca de sus riberas. Y es que, como explicaba el portavoz de Cruz Roja Jim Robertson, "la principal preocupación es que la temporada de lluvias es muy larga". Y concluye: "Aún no hemos visto lo peor". El año pasado, el peor desde 1954, 4.000 personas murieron por las lluvias en China -este año se han contabilizado 420- y los daños materiales alcanzaron la suma de 25.000 millones de dólares (cuatro billones de pesetas). Un total de 18,4 millones de chinos perdieron su casa.Aunque quede lo peor por llegar, la situación actual del este asiático ya es muy preocupante. Carreteras y vías férreas han quedado sumergidas, las reservas de agua potable, comida y mantas son exiguas y la falta de electricidad se generaliza. Las inestables colinas de Manila, la capital de Filipinas, se desplomaron ayer y sepultaron más de 2.000 casas, 80.000 personas han abandonado sus hogares y casi 50 habitantes de Manila han muerto sepultados en por los escombros, según cálculos del Gobierno. Los equipos de rescate se afanan por discernir entre los amasijos de piedras, barro y hierros los restos de personas desaparecidas. Los gritos agónicos de los supervivientes guían la búsqueda. Pero siguen desaparecidos la mitad de los residentes del barrio de Antipolo, según los cálculos de los vecinos. Igual ocurre en el resto de la vasta región. En Corea del Sur, de acuerdo con los datos del Centro de Prevención de Desastres de Seúl, hay 35 muertos y 33 desaparecidos, 9.500 casas destruidas y 39.000 hectáreas de cultivo anegadas después de cinco días de lluvias torrenciales. Más de 24.000 personas han quedado sin vivienda. En la vecina Corea del Norte, Cruz Roja calcula que han muerto 40 personas, y las autoridades sostienen que la cantidad de tierra de cultivo sumergida supera las 40.000 hectáreas. Según un comunicado de la agencia oficial de noticias, KCNA, en Kaesung, una ciudad fronteriza, el nivel del agua ha alcanzado los 56,4 centímetros. En Vietnam, más de 11.000 casas han quedado inundadas o destrozadas, y en torno a 20.000 hectáreas de cultivos se han arruinado. La Comisión para la Prevención de Inundaciones de la provincia de Biunh Thuan (centro del país) informó de 28 muertos (otras fuentes hablan de 34) y 22.000 desplazados.

El Departamento de Meteorología tailandés también ofreció una retahíla desoladora de la región costera de Chantaburi: 32.000 personas han abandonado sus hogares, hay 60.000 casas destruidas y seis muertos. Además, los 400 presos de la cárcel de la región han sido evacuados.

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