Del cabaré a la Scala
De formación autodidacta, Roberto Alagna se mueve en el mundo de la ópera con un sorprendente instinto musical y teatral. Aprendió a llamar la atención del público en la feroz disciplina del cabaré, donde se inició profesionalmente cantando canciones acompañándose él mismo a la guitarra. En 1988 ganó el Concurso Pavarotti en Filadelfia y dos años después debutó en la Scala de Milán con La Traviata, bajo la dirección de Riccardo Muti. "Siempre me ha fascinado la voz humana, que es un misterio incluso para los propios cantantes. Dominarla exige temperamento, inteligencia y control a nivel nervioso y físico", comenta. Considerado como el mejor tenor lírico de su generación, su ascenso ha sido imparable conquistando teatros como el Covent Garden de Londres, el Metropolitan de Nueva York, la Ópera de París o el Liceo de Barcelona, donde debutó hace 11 años cantando La bohème, de Puccini, con la soprano Mirella Freni
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.