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Unas excavaciones recuperan en Jerez el trazado de la muralla almohade

Las excavaciones que se realizan en Jerez desde finales de mayo, en la zona de la Ronda del Caracol, han dejado al descubierto 150 metros de la muralla que rodeaba la ciudad en la época almohade, en los siglos XII y XIII. Los restos encontrados se encuentran en un estado deficiente. Los arqueólogos creen que las torres de defensa, de las que no se han encontrado vestigios, fueron sustituidas luego por otras construcciones.

Las prospecciones arqueológicas realizadas en Jerez han permitido recuperar el trazado de la muralla almohade de la ciudad. Los trabajos han dejado al descubierto en la zona de La Ronda del Caracol unos 150 metros de muralla y antemuro. No se han podido encontrar, sin embargo, torres de defensa, puesto que, según se cree, fueron destruidas por edificaciones posteriores. Hasta ahora existía un gran desconocimiento sobre este lienzo de muralla, lo que había propiciado numerosas hipótesis sobre su origen y trazado. Los arqueólogos municipales encargados del proyecto han calificado de "muy deficiente" el estado de conservación de la muralla, especialmente en el tramo cercano a la calle Almendrillo, donde el tiempo ha acabado con casi toda la construcción. En su cara interna se han encontrado fosos y zanjas que eran utilizados como cantera de extracción de arcilla. El deterioro que presenta la muralla podría deberse a las muchas reparaciones que se han descubierto a lo largo de todo el lienzo. De hecho, gran parte de las defensas urbanas habían desaparecido a mediados del siglo XIX. La directora del Museo Arqueológico de Jerez, Rosalía González, aseguró ayer que estas prospecciones documentan y amplían datos sobre el asedio a la ciudad por Alfonso X en 1264. Existen dos versiones en torno a este hecho histórico. Una de ellas apunta a que el rey cercó la ciudad durante cinco meses hasta que los árabes le entregaron la villa. Una tradición local recoge, por otra parte, que la ciudad no fue entregada sino tomada por las armas. Según González, la topografía de la zona y el trazado del recinto amurallado habrían permitido cualquiera de las dos. "De esta forma", dijo González, "la arqueología viene a confirmar los datos aportados por las fuentes escritas, avanzando un poco más en el conocimiento de nuestra historia".

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