Barak y Arafat estudiarán durante dos semanas cómo aplicar los acuerdos de paz incumplidos
Barak y Arafat están ya en el camino de la paz. El primer ministro israelí, Ehud Barak, y el presidente palestino, Yasir Arafat, acordaron, ayer por la noche, en el puesto fronterizo de Erez, abrir un proceso de negociación y de reflexión de dos semanas para ver cómo hay que aplicar el memorándum de Wye Plantation, firmado el pasado mes de octubre en Estados Unidos e incumplido por el anterior Gobierno de derechas israelí que presidía Benjamín Netanyahu. Los dos líderes mantienen posiciones contrapuestas con respecto al acuerdo; mientras Barak reclama la relectura, renegociación y aplazamiento del pacto, Yasir Arafat exige su inmediata aplicación, sin ningún tipo de modificación.
Cerca de dos horas de reunión entre Barak y Arafat fueron anoche suficientes para desbloquear oficial y definitivamente las negociaciones de los acuerdos de paz, congelados desde hace mas de dos años, como consecuencia del empecinamiento del Gobierno conservador de Netanyahu. Pero ese tiempo también fue más que suficiente para poner al descubierto una vez más las serias discrepancias que enfrentan a israelies y palestinos y, lo que es más grave, sobre pactos ya firmados y teóricamente cerrados desde hace ocho meses. Barak, que acudió a la cumbre sonriente, como si tratara de disimular así sus reticencias para aplicar los acuerdos de Wye, ofreció a Arafat renegociar el acuerdo "en beneficio de los israelíes y a los palestinos al mismo tiempo", aplazando el repliegue de las tropas israelíes en los territorios ocupados de Cisjordania (13% del territorio) hasta que empiece la discusión del estatuto definitivo, que constituye la última etapa de las negociaciones.El primer ministro israelí basa sus exigencias en razones técnicas y militares, ya que considera que el repliegue diseñado sobre los mapas por el equipo de Netanyahu en la cumbre de Wye es un verdadero desastre y coloca en una situación de peligro a un número indeterminado de asentamiento -entre 15 y 19- al mismo tiempo que dificulta o hace en algunos casos prácticamente imposibles las comunicaciones.
Barak utiliza en sus objecciones argumentos militares, de acuerdo con la experiencia castrense acumulada durante los treinta años en que ha permanecido en el Ejército, pero además utiliza como elemento importante el hecho de que es el actual ministro de Defensa.
"Ésta sería una situación explosiva desde el punto de vista de seguridad", comentó Ehud Barak el pasado lunes a varios diputados del Partido Laborista, refiriéndose a los mapas del repliegue pactados para Cisjordania por el anterior Gabinete Likud. El líder laborista añadió a sus correligionarios que la aplicación estricta de Wye tal y como está diseñada "significaría el aislamiento de muchos asentamientos, que vivirían así momentos difíciles, multiplicando así los peligros de fricciones" con la comunidad palestina.
La posición de partida de Arafat era un no rotundo, según se aseguraba en círculos diplomáticos de Jerusalén, que reproducían así el testimonio de los colaboradores del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, entre ellos Saeb Erekat, quien no habría dejado en los últimos días de insistir a Arafat para que mostrara una postura firme y contundente ante las "sugerencias dilatorias de Barak".
Anoche, Arafat y Barak llegaron a una solución de compromiso, tras intercambiarse en solitario sus puntos de vista, mientras que un equipo de colaboradores hacía lo propio en una sala conjunta. Formarán una célula de reflexión y valoración conjunta en la que deberá decidirse si hay o no que modificar los Acuerdos de Wye para darse una respuesta definitiva en un plazo de 15 días.
"¿Y si Arafat no acepta la modificación de los Acuerdos de Wye?", preguntó un periodista a Barak en la conferencia de prensa que siguió a la reunión. Su respuesta fue clara y tajante. Anunció que en cualquier caso Wye va a ser aplicado, ya que en definitiva "se trata de un acuerdo firmado por un Gobierno de Israel" que hay que respetar. En voz más baja, casi imperceptible, Barak dio a entender que en el caso de que Arafat no aceptara la sugerencia de renegociar Wye, Israel podría reclamar al Gobierno palestino el cumplimiento de todos los compromisos en materia de seguridad firmados también en el pacto.
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