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Alemania reducirá las ayudas al fomento de su cultura en el Este

Pilar Bonet

El Gobierno federal de Alemania quiere aprovechar el plan de austeridad presupuestaria para revisar su política de promoción cultural en los territorios del Este de Europa, donde en el pasado existieron importantes comunidades alemanas. Michael Naumann, ministro de Estado de Cultura, expuso ayer en Berlín las intenciones del gabinete, que equivalen a una modernización de la política cultural para librarla de los restos de la guerra fría, darle coherencia y sustraerla a la influencia de las asociaciones que surgieron en la comunidad de millones de alemanes deportados tras la Segunda Guerra Mundial. Estas asociaciones, que han sido un feudo electoral de la Unión Cristiana Democrática (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), imprimen a sus actividades culturales un toque nostálgico, y en ocasiones suscitan viejos fantasmas entre los países vecinos.En la práctica, el Gobierno alemán reducirá su dotación al fomento de la cultura alemana en el Este de 43 millones de marcos (más de 3.600 millones de pesetas) anuales, previstos para 1999, a 35 millones para el año 2003. Las asociaciones de deportados han protestado con vehemencia por las intenciones del Gobierno, que en la actualidad patrocina 18 instituciones.

Contexto europeo

"La caída del muro y del telón de acero en Alemania y en Europa ha cambiado radicalmente la situación política en nuestro continente", manifestó ayer Naumann. Según el funcionario, la nueva política de apoyo a la cultura alemana en el Este de Europa debe inscribirse en un contexto europeo y en el marco de las relaciones bilaterales con los países europeos. El Gobierno alemán está obligado a fomentar las tradiciones culturales alemanas en las zonas de origen de los deportados, pero la evolución política en el continente hace que ya no se atribuya el papel de único garante de la cultura alemana en el Este de Europa. Ahora prevé fomentar los proyectos conjuntos especialmente con Polonia, la República Checa, Hungría y Rumania.Al fomento de la memoria histórica de la cultura alemana en el Este han colaborado instituciones de carácter regional. Estas instituciones deberán ahora fusionarse, desaparecer o recortar su plantilla. Las que se salven en la reestructuración deberán colaborar más entre sí, rentabilizar conjuntamente sus recursos y trabajar más con los medios de comunicación.

El Gobierno, por su parte, quiere crear la Fundación Cultural de Europa del Este, con sede en Bonn, cuyo fin será fomentar proyectos científicos y de investigación en cooperación con instituciones internacionales.

La nueva concepción cultural será debatida en otoño en el Bundestag (Parlamento federal), dijo Naumann, según el cual los deportados alemanes del Este, que pueden visitar libremente sus lugares de origen, "por razones de edad, están cada vez menos en disposición de ser los principales portadores del intercambio cultural, que se ha generalizado".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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