Sólo 20 países observan científicamente el cielo

Sólo 20 de los 185 países del mundo tienen desarrollo y tradición científica para observar profesionalmente el cielo con técnicas de astronomía y astrofísica, ha denunciado la ONU en la Conferencia. En casi un centenar de países hay organizaciones de profesionales o de aficionados a la astronomía -señalan Hans J. Haubold, de la Oficina para Asuntos Espaciales de la ONU, y Willem Wamsteker, de la Agencia Europea del Espacio (ESA)-, pero sólo 60 de esos países apoyan a sus científicos siendo miembros de la Unión Astronómica Internacional (IAU), que agrupa a los astrónomos profesionales. Y sólo 20 países, explica Haubold, que representan el 15% de la población mundial, tienen acceso rutinario a los telescopios modernos, imprescindibles para trabajar en astronomía. Entre estos países no está la mayoría de los de Europa del Este ni de la ex Unión Soviética, por problemas económicos y no por falta de formación. En vías de desarrollo La ONU y la ESA iniciaron a principios de los noventa una serie de actividades para fomentar la astronomía en los países en vías de desarrollo, cuyo balance se ha hecho estos días en Viena. Su recomendación más importante es fomentar la educación en los países con baja actividad astronómica y su acceso via Internet a las bases de datos astronómicos, muchas de ellas públicas. Fruto de los esfuerzos de estos años, además de las reuniones que se han celebrado en varios países en desarrollo, existen instalaciones ya en marcha. Una de las primeras fue un telescopio en Sri Lanka, donado por Japón. Es un instrumento reflector Cassegrain de 45 centímetros, que fue instalado en 1995 en el Centro Arthur C. Clarke para la Tecnología Moderna, institución impulsada por el autor de 2001 una odisea del espacio. Los telescopios pequeños, señalan los técnicos de la ONU, son necesarios para muchas aplicaciones y en algunos casos resultan más apropiados que los gigantescos que se están construyendo. En Colombia se ha iniciado un proyecto de cartografía de las emisiones en radio de la galaxia entre los 408 y los 5.000 megahercios, con una antena parabólica de 5,5 metros. En Honduras se ha establecido el primer observatorio de toda América Central, con un telescopio robótico de 42 centímetros. Entre 1992 y 1997 se puso en marcha la asociación de astrónomos de la región. También en Egipto se hicieron cosas, como la modernización de un histórico telescopio, el Kottamía, de 1,8 metros de diámetro, que es el mayor de toda África del Norte y Central y de Asia Occidental.