Mohamed VI contrajo matrimonio la misma noche de la muerte de su padre como premisa para acceder al trono
El nuevo rey de Marruecos, Mohamed VI, hijo primogénito del fallecido Hassan II, se casó en la noche del viernes 23 de julio, ocho horas más tarde de que su padre falleciera y tan sólo dos horas después de haber sido celebrada la ceremonia de la Beia (pleitesía) en la sala del trono del Palacio Real de Rabat. El contrato matrimonial fue suscrito, como es preceptivo, ante dos testigos jurados (adul). Mohamed VI contrajo matrimonio cuando ya era rey designado y aceptado, aunque todavía no entronizado. No se conoce el nombre ni la familia de su esposa, aunque sí se sabe que es de origen marroquí tanto por ambos linajes: en la ascendencia de la esposa no puede haber sangre no marroquí. Diversas fuentes aventuraban ayer que la esposa es de familia bereber, tal como era el deseo de Hassan II, que también desposó a dos mujeres de este mismo origen.
Siguiendo la tradición impuesta por la dinastía alauí, que reina en Marruecos desde 1660, fecha en la que asumió el poder Hassan el Dajil, el príncipe heredero de la corona no puede casarse antes de que el sultán fallezca. La razón estriba en que de este modo se suprime la posibilidad de que coexistan simultáneamente tres niveles de sucesión: si el heredero se desposa, siempre cabe la posibilidad de que nazca otro sucesor.
La tradición alauí también impone que antes de que el heredero sea entronizado ya debe haber contraído nupcias y que el casamiento debe estar consumado, de manera que al subir al trono exista ya la posible sucesión. Esto da al heredero un margen muy estrecho de actuación, entre la muerte del rey y la entronización, pero siempre después de que haya recibido la Beia. En ese intervalo debe contraer matrimonio.
Mohamed VI lo hizo el viernes por la noche, apenas dos horas después de haber recibido el juramento de pleitesía de los dignatarios del régimen (su familia, el Gobierno, las Fuerzas Armadas y las autoridades religiosas). Esa misma noche, el matrimonio fue obligatoriamente consumado. De acuerdo con la costumbre de la familia alauí, los varones no hacen público su matrimonio y tampoco lo celebran. En Marruecos sólo se evidenciará el hecho de que se ha casado Mohamed VI cuando nazca el nuevo heredero de la corona.
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