Cuatro inválidos y un manso
Si en estas corridas veraniegas, con molestas calorinas y toreros de escaso fuste, falla, además, el juego de los toros, no es extraño que por los tendidos circulen, únicamente, los aficionados recalcitrantes y testarudos y ese turismo que no se entera de nada. Y eso es lo que ha ocurrido en el festejo del día de Santiago Apóstol, que entre la escasa o nula fuerza de las reses de Julio de la Puerta, la mansedumbre y poca clase de un sobrero de Palomo Linares y la lógica incertidumbre de unos espadas que torean muy poco, al final, ni chicha ni limoná.El ganadero ha ofrecido dos toros -1º y 4º- anovillados y escurridos, si bien andaban bien puestos de cornamenta. Los dos le han correspondido a Rafael de la Viña, que sigue con la misma concepción antiestética de la lidia. A este chico no le entra el sentido del arte y la estética ni aunque se lo suministren en cómodas pildoritas. Rafael se dobla por la cintura, coloca la pierna de salida exageradamente detrás, se retuerce como un funambulista, se pone tenso y hace el arco cuando pasa el toro. Además, no supo entender a sus toros ni al que embistió con flojedad y nobleza ni al absolutamente inválido.
Puerta / Viña, García, Escorial
Toros de Julio de la Puerta (uno devuelto por inválido), de presencia desigual, flojos y bravos. 4º y 5º, inválidos. 6º, primer sobrero de Ana Isabel Vicente, devuelto por inválido; segundo sobrero de Palomo Linares, terciado, bien armado, manso. Rafael de la Viña: pinchazo y bajonazo (silencio); dos pinchazos, estocada corta delantera -aviso- y dobla el toro (silencio). Juan Carlos García: dos pinchazos, estocada corta delantera atravesada -aviso- y dobla el toro (silencio); estocada deseprendida y dos descabellos (aplausos y saludos). Gómez Escorial: pinchazo, estocada y descabello (aplausos y también pitos al saludar); estocada trasera y cuatro descabellos (silencio).Plaza de Las Ventas, 25 de julio. Un tercio de entrada.
Juan Carlos García ha estado decidido y animoso. Con un primer enemigo que acudió al engaño con bravura y prontitud se gustó en los pases de pecho, lo esperó con la muleta planchada y la faena discurrió por buen camino hasta que el toro empezó a tardear y a puntear. A partir de ahí, Juan Carlos terminó por no encontrar ni el terreno ni las distancias.
El quinto fue un toraco enorme que aunque empezó a embestir con bravura, la invalidez le llevó a defenderse a hachazos. Mala suerte para el animoso jiennense.
Los detalles más toreros de la tarde se le vieron a Gómez Escorial. Verónicas de suerte cargada, ganando terreno y rematadas con una media belmontina. Torería en el inicio de su primera faena. Embestía el toro con pertinaz cabeceo hasta que logró desarmar al torero. A Gómez Escorial le invadieron ya las dudas y sufrió algún que otro enganchón, hasta que el torero madrileño recuperó el ánimo y logró terminar mandando en la embestida.
El sexto fue un manso al que costó meterle la puya y que llegó a la muleta con la cara muy alta y queriéndose ir. El bicho topaba más que embestía. Escorial, con mucho valor, intentó hacerle la faena imposible.
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