Cogida menos grave de Sergio Martínez
Fue en el tercer novillo, en la segunda novillada de la oportunidad en la actual temporada venteña. Ocurrió en los primeros pases de muleta. En los muletazos de tanteo por alto, el novillo se había vencido por el pitón derecho a Sergio Martínez. Y cuando se estiró con la pañosa en la mano diestra, en la primera reunión el burel se lo echó a los lomos.Revuelo de capotes, momentos de tensión, y al ser retirado del albero y llevado por las asistencias, hubo constancia de que el novillo lo había calado. Víctor de la Serna acabó, de una estocada desprendida, con el astado.
La novillada en líneas generales había dado juego. Hubo novillos con su punta de genio, alguno, como el sexto, deslucido, y otros, el primero, que tuvo calidad y nobleza, o el quinto, que desarrolló casta y tuvo recorrido por los dos pitones.
Ruiz / Serna, Triviño, Martínez
Novillos de Juan Antonio Ruiz Román, bien presentados, dieron juego; 1º noble, 5º encastado.Víctor de la Serna: dos avisos y leves pitos; silencio; oreja. José Luis Triviño: silencio; aviso y silencio; silencio. Sergio Martínez: cogido al torear de muleta al tercero, sufre cornada menos grave de 20 centímetros en el muslo derecho. Plaza de Las Ventas, 23 de julio (noche). Dos tercios de entrada.
Para Víctor de la Serna fue el mejor lote, que supo aprovechar a medias, porque se le fue su primero, noble y que embestía con ritmo. Unos lances de saludo a pies juntos, suaves, dibujados, fue lo que obtuvo de bueno. Dio un mitin con la espada y el verduguillo. De poco se lo envian al corral vivo y con las orejas puestas.
Se desquitó en el quinto, con el que se dobló muy bien muleta en mano por los dos pitones. Hubo aroma y hondura. En redondo, dos primeras series templadas, interpretadas con gusto. Por la izquierda nada. Variedad en los adornos. Concluyó con unas bernardinas ceñidas de caro empaque.
José Luis Triviño recibió a sus dos primeros novillos con una larga cambida a porta gayola, y en la segunda ocasión fue arrollado, sin consecuencias. Torero valiente, plantó cara a sus novillos y les dio fiesta con resultados irregulares. A su primero le ahogo un tanto la embestida. A su segundo le pudo en los medios muleta en mano. Faenas corajudas. Y se templó por chicuelinas, en su turno de quites, en el quinto de la tarde.
Babelia
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