La modernidad resiste en Arlés

Hasta el 15 de agosto permanecerán abiertas las 18 exposiciones que forman parte de la programación de los tradicionales Rencontres Internationales de la Photographie (RIP), un festival fotográfico no especializado que celebra su treinta aniversario. Este año, Gilles Mora, su director artístico, ha escogido el genérico Les modernités -la modernidad y su influencia en la fotografía- como hilo conductor, lo que especialmente queda patente en esta serie de muestras que se articulan en tres grandes bloques: Ser de su tiempo: las vías del documento, uno de los capítulos más interesantes en cuyo catálogo figuran autores de referencia como Alexandre Rodtchenko, Walker Evans, Lee Friedlander o Moholy-Nagy; La experimentación fotográfica: formas y visiones y La belleza. Poco tienen que ver, ahora, los RIP con los de la década de los setenta, cuando fueron puestos en marcha por Lucien Clergue, Michel Tournier y Jean-Maurice Roquette. Han sido numerosas las críticas que se le han hecho durante los últimos años por su falta de adaptación a las nuevas tendencias y por la carencia de una definición programática.

Crisis de identidad

A esta edición se le ha diagnosticado "una crisis de identidad", (Le Monde, 8 julio, 1999), entre otras causas por desplazar a un buen número de asistentes hacia otras nuevas convocatorias que por su especificidad temática se han convertido en auténticos competidores, como el festival de Cahors (junio), dedicado a las artes visuales y Visa pour l"image, en Perpiñán (septiembre), exclusivamente centrado en el fotoperiodismo. El presupuesto de Arlés es de 250 millones de pesetas, el doble de estos dos festivales.A ello, hay que añadir una mayor difusión de la cultura de la imagen fotográfica por otros canales inexistentes o, en cualquier caso, poco accesibles cuando arrancó el festival al filo de los setenta. Pese a ello, lo cierto es que la estadística sigue fijando cada año una media de 100.000 visitantes.

Gilles Mora (1945) -un especialista en la corriente estética de la modernidad fotográfica americana, cofundador de Les Cahiers de la Photographie (1981)- ha apostado por "la extraordinaria vitalidad de la aventura fotográfica modernista y su voluntad, siempre activa y programática, de cambiar la visión del mundo". Cree que la modernidad existe ("resiste"), hoy por hoy, a pesar de que "a partir de los ochenta se anunció su muerte".

De la totalidad de la programación destacan tres apartados. En la sección Ser de su tiempo: las vías del documental se puede ver, por vez primera, en un mismo espacio -Musée de l"Arles Antique- la obra de Walker Evans, Lee Fried-lander y Bernd y Hilla Becher cuyo denominador común es el hecho de que, cada uno de ellos, a su manera, ha orientado globalmente su obra hacia el documento (como herramienta de archivo. Simple secrets, es una producción del Museo de Atlanta realizada con las fotografías de Walker Evans pertenecientes a la colección de Marian y Benjamin A. Hill, retrospectiva que reúne excelentes copias fechadas entre 1927 y 1974. The American Monument, es el trabajo de referencia de Lee Friedlander, un encargo institucional hecho con ocasión del bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos (1976), donde retrató, de Norte a Sur y de Este a Oeste, toda suerte de monumentos, tanto los integrados en el paisaje urbano como en el medio rural, cuyo trabajo trató de definir la identidad de una nación.

Los Becher presentan en su estética habitual -un blanco y negro muy pulcro y una rigurosa y metódica mirada- todo un catálogo de construcciones industriales, concretamente una serie de altos hornos, europeos y norteamericanos, enclavados en siete parajes que registran sistemáticamente de tres maneras: de frente, en perspectiva y de perfil. Las abstracciones y la fotografía (muestra incluida en el epígrafe La experimentación fotográfica: formas y visiones), presenta en el Espace Van Gogh un centenar de imágenes captadas por unos cuarenta fotógrafos que trabajaron entre 1920 y 1960, cuyas tomas, "sin ser totalmente abstractas acentúan sus estructuras geométricas en detrimento de la legibilidad inmediata del objeto que representa".

Coordinada por Alain Sayag, conservador de fotografía del Georges Pompidou (París), hace una selección de piezas procedentes de autores tan dispares como Minor White, Alfred Stieglitz, Umbo, William Klein, Paul Strand, Otto Steinert, Man Ray, André Kertész o Lucien Clergue, Jean Dieuzaide.

Sin duda de la sección La belleza, el mayor atractivo es Le corps du visible, un obra colgada en la Chapelle Sainte-Anne. Se trata de una completa, a la vez que extraña, colección de imágenes -comisariada por Jean-Claude Lemagny- cuyo argumento radica en el dialogo de la cámara con las sombras, no con lo que estas nos sugieren sino como una limitación del espacio en un contexto donde predomina la ausencia de luces.