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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Miente, señor Intxaurraga

El señor consejero de Justicia del Gobierno vasco, que tanta soltura tiene para reunirse con los amigos de los terroristas, nos ha sorprendido con una nueva habilidad: la de mentir públicamente sin ningún pudor. Hace algunos días, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco manifestó su repulsa por la afición que tiene este extraño consejero a reunirse con personas cercanas a los presos de ETA y, en cambio, a no acercarse a las víctimas. Pues bien, con asombro, leemos el 15 de julio de 1999 que el señor Intxaurraga afirma haber intentado ponerse en contacto con diferentes colectivos de víctimas y no ha recibido respuesta. Miente el señor Intxaurraga, porque, entre otras cosas, nunca lo ha hecho con el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (y sabemos, sin duda, que no lo ha hecho con ninguna otra asociación de víctimas del terrorismo). Suponemos que le ha debido causar cierto rubor el que se denunciara públicamente su actitud, incomprensible para los familiares de víctimas del terrorismo, que, desgraciadamente, nos vamos acostumbrando a estos gestos del Gobierno vasco, empeñado en crear una equidistancia entre presos y víctimas y entre éstas y sus victimarios. ¿Por qué se insiste tanto en el acercamiento de presos, pero se obvia decir que dichos presos han cometido asesinatos salvajes como, por ejemplo, el de 26 niños?Señor Intxaurraga, su gesto es explícito. No nos queda ninguna duda de qué intentan conseguir: diluir la importancia que el horror terrorista ha causado en Euskadi y, en definitiva, tener como héroes a los que lo único que han hecho con su fanatismo es aterrorizar a toda una sociedad. Francamente, teniendo consejeros de Justicia como usted, ¿quién necesita enemigos? Hasta su próximo gesto, señor Intxaurraga, que, sin duda alguna, volverá a revelarnos su más auténtico y oscuro rostro humano y político.- . .

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