Almería olvidada
Soy un almeriense de 16 años y desde hace tiempo percibo cómo Almería es olvidada en Andalucía. He visto cómo otras provincias recibieron grandes inversiones en infraestructuras, medios de comunicación y transportes, mientras que Almería quedaba descolgada. Los pacientes de los tres hospitales públicos de la provincia se tienen que trasladar a otras para operaciones que en otros lugares pueden realizarse sin problema. Contamos con trenes del siglo pasado que tardan un día entero para ir a Madrid o Barcelona, mientras que Sevilla y Córdoba tienen el AVE y Málaga, por no ser menos, también lo reclama. En Almería esperamos a que el Euromed llegue antes de que se quede anticuado. Todo esto contrasta con los datos de crecimiento económico y con una tasa de desempleo del 6,7%, así como con el papel que juegan las exportaciones almerienses en la balanza comercial andaluza. Nuestros agricultores no conocen las ayudas públicas ni los subsidios, como en otras provincias que viven de eso. Aquí, nuestros agricultores arriesgan su pellejo con créditos de 10 o 20 millones de pesetas para construir o reformar sus invernaderos, que han proporcionado a nuestra provincia un nivel de vida que era impensable hace unos años. Por eso estoy cansado de ver cómo en el resto de Andalucía sólo se cultiva la cultura del subsidio, de las huelgas y paros, la feria de Sevilla, el Rocío, la Semana Santa... que hacen retroceder a Andalucía al siglo XVIII y dan una imagen al exterior de un pueblo gracioso y vago, imagen que Canal Ca.Se.Ma. TV (Canal Sur) nos ofrece todos los días. Así las cosas, Sevilla queda muy lejos de Almería, igual que la Junta, cuyo radio de acción parece detenerse en Granada. Almería se merece algo más, algo que la Junta no le ha dado en tantos años de autonomía. Nuestra esperanza ahora son los Juegos Mediterráneos del 2005, en los que Almería podrá darse a conocer sin los estereotipos andaluces prefijados, porque el 2005 lo hemos luchado nosotros, aunque ahora aparezca un tal Chaves con un grupo de consejeros con acento sevillano a presentarse por estas lejanas tierras de Oriente pretendiendo tomar parte en algo por lo que se viene luchando desde hace algunos años. Algunas veces me pregunto qué sucedería si Almería no formara parte de Andalucía, si formásemos parte de Murcia o Castilla-La Mancha. Seguramente las cosas no nos podrían salir peor que formando parte de una Andalucía que acaba en Granada.- Francisco Villegas Cara. El Ejido.
Vacaciones en paz
Ante la reciente llegada, un año más, de miles de niños saharauis a nuestra tierra, escucho a diario comentarios de todo tipo sobre el programa Vacaciones en Paz, que permite a estos pequeños pasar dos meses de verano entre las familias andaluzas. Muchas opiniones, quizá por el desconocimiento del tema, se fundamentan en el grave trauma que los pequeños sufren al conocer todas las comodidades y placeres durante dos meses y luego chocar con la triste realidad al llegar al desierto. Pues bien, me parece injustificado y bastante egoísta opinar así por varias razones. En primer lugar, a estos niños saharauis se les explica en sus escuelas y familias que estos meses en España son tan sólo unas vacaciones, con un principio y un fin, con una dimensión cultural y educativa. No se trata por tanto de darles un caramelo para luego quitárselo, ya que los niños saben desde el primer momento que deben volver. Tan sólo se trata de una maravillosa experiencia, en la que van a conocer otra cultura, otras gentes, nuevas costumbres, y van a llevar lo mejor que han aprendido a sus gentes. Hay que tener en cuenta que estos niños son el futuro de un pueblo, desterrado en medio del desierto hace ya 24 años. Son ellos los que un día van a convertir su tierra en un auténtico país, por lo cual sus ojos necesitan ver, conocer, aprender cómo se vive en un país organizado, democrático y libre como el nuestro. Por otra parte, ¿se puede considerar cruel disfrutar de los placeres de un viaje a otro país? Evidentemente no. Cuando alguna vez hemos hecho un viaje a un país lejano, somos conscientes de que ese placer tiene una duración limitada y que luego debemos volver a la dura rutina diaria. Pero sin embargo, cuando estamos fuera, tratamos de aprovechar el tiempo al máximo, hacemos un esfuerzo para permitirnos todos los caprichos, en definitiva, vivimos el momento y tratamos de retener los instantes más maravillosos durante toda nuestra vida. En cuanto al dolor de las familias al despedir a los niños que han acogido y mimado en sus hogares, es algo desgraciadamente inevitable. No obstante, cada vez son más las familias, este año unas 2.900 en Andalucía, las que no anteponen sus sentimientos egoístas de dolor a conceder una gran dosis de felicidad a estos niños por un tiempo. Otro aspecto importante del programa Vacaciones en Paz es su vertiente sanitaria, mediante la cual los niños saharauis pueden recibir aquí los tratamientos y cuidados médicos de los que carecen en el desierto, así como la detección de patologías específicas. Por último, sólo me queda decirle a aquéllos que prefieren los apadrinamientos de los niños que la solución del pueblo saharaui no es mandarle dinero periódicamente para que vivan mejor en los campamentos de refugiados, sino tratar precisamente de que dejen de ser refugiados y regresen cuanto antes a su país, el Sáhara Occidental.- .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Subsidio paro
- Opinión
- Ayuntamientos
- Extranjeros
- Niños
- Inmigrantes
- Sahara Occidental
- Comunidades autónomas
- Política exterior
- Administración local
- Infancia
- Inmigración
- Desempleo
- Provincia Almería
- Administración autonómica
- Empleo
- Andalucía
- España
- Relaciones exteriores
- Migración
- Trabajo
- Administración pública
- Demografía
- Sociedad